Muy buenas a todos. Siento mucho haber desaparecido durante casi un mes, pero me ha sido totalmente imposible cocinar nada durante casi los dos últimos meses. (Afortunadamente tenía una buena reserva de recetas y sólo se ha notado mi ausencia en las tres últimas semanas)
Pero aquí estoy de nuevo con una receta de pan que se prepara en un periquete. Es ideal para novatos o para aquellos que no tienen paciencia para experimentar con masa madre, tiempos de fermentación y con largos y complicados amasados. Esta receta de pan está lista en 1 hora, no necesita tiempo de reposo, sólo mezclar los ingredientes, amasar, meter en el horno y hornear nuestra hogaza… aunque puede que os interese dejarla enfriar un poco antes de hincarle el diente
La receta de referencia que he tomado es del blog Gutamama.
El pan que se obtiene está muy bueno, tiene una corteza crujiente pero no demasiado dura o gruesa. La miga es muy tierna y esponjosa, aunque no tiene demasiados alveolos (recuerda bastante a la miga de bollos de pan). La masa no tiene demasiada humedad (60%) y eso la hace más manejable y menos pegajosa, sobre todo para los que no estén acostumbrados a hacer pan.
Yo reconozco que me he acostumbrado al toque que le da la masa madre al pan y el sabor de este pan me ha resultado mucho más suave. Aún así, me ha resultado una receta muy interesante y práctica para esos días que queremos preparar nuestro propio pan pero no tenemos tiempo o ganas de pasar demasiado tiempo en la cocina.
Pan rápido (Sin levado)
Prep: 20 min Horno: 40 min Raciones: 6 unidades Dificultad: Baja
Ingredientes:
300 gr harina de fuerza
180 ml agua
20 ml aceite de oliva
15 gr levadura fresca
1 cucharadita de sal
Elaboración:
En un bol grande poner la harina y desmenuzar la levadura con los dedos. Luego incorporar el aceite y el agua. Mezclar bien con una cuchara de madera, las manos o una rasqueta. Cuando no sea posible seguir removiendo, amasar con la mano, doblando la masa sobre si misma repetidas veces.
Por último, incorporar la sal y seguir amasando durante unos 10 minutos hasta obtener una masa suave y homogénea. (Yo he dejado reposar la masa 15-20 minutos antes de añadir la sal, pero no es necesario. La razón por la que he hecho esto es porque la sal puede retardar el efecto de la levadura. Si se deja reposar un rato, la levadura ya habrá comenzado a trabajar y admite mejor la sal).
Dar forma al pan. Si se desea se puede pincelar el pan con un poco de aceite y espolvorear con harina toda la superficie (el aspecto del pan será algo más rustico). Realizar algunos cortes de unos 2 centímetros en la superficie.
Poner el pan en una cacerola redonda tipo Pirex apta para horno. La que yo he utilizado es de acero y en realidad es una cacerola con tapadera que mi madre utilizaba hace años para freír rosquillas dulces. Lo importante es que sea suficientemente grande para que permita crecer al pan (que como mínimo duplicará su volumen).
Introducir nuestra cacerola tapada (con el pan) dentro del horno apagado en una posición media-baja. Encender el horno con calor abajo-arriba a una temperatura de 220º. Hornear el pan durante unos 40 minutos.
Dejar enfriar sobre una rejilla.
Notas:
Si la levadura fresca la tenéis congelada para que os dure más, sólo tenéis que templar un poco del agua de la receta y disolver en ella la levadura.
Siempre es mejor incorporar el agua poco a poco. El agua debe ser el ingrediente que nos permita rectificar la receta. (Debemos procurar que nunca sea necesario añadir más harina, pues eso significa que nos hemos pasado con el agua)
Al introducir el pan en el horno frío, el proceso de calentar el horno servirá a la masa hacer un fermento/reposo rápido, de ahí la gracia de esta receta tan rápida.
Si deseáis un pan más dorado, solo tenéis que destapar la cacerola y hornear durante unos minutos más, o incluso sacar el pan de la cacerola y hornearlo sobre la rejilla durante algunos minutos más.