Están deliciosas solas, lavadas y a la boca, una bomba de vitaminas y fibra. A la cachorrita pequeña le gustan especialmente con leche condensada (no sabe ni nada, la cachorrita pequeña); casi todas las noches durante el tiempo que duran las fresas, este es su postre.
A mí me vuelve loca la mermelada de fresas que es, además, una forma idónea de conservarlas durante mucho tiempo y poder aprovecharlas después en otras recetas, como en un delicioso helado o para hacer una vinagreta ideal para las ensaladas.
Pero en esta ocasión os traigo un postre, un delicioso postre con fresas. Podéis aprovechar esas que se quedan más maduras porque es una de las desventajas de esta fruta, que se estropean muy pronto. En casa solemos hacer batidos con las que ya se quedan un poco blandas o, como hice hace unos días, esta deliciosa
panna cotta de fresas
La panna cotta es un postre italiano que, literalmente, significa nata (crema de leche) cocida. A pesar de llevar la misma cantidad de nata (crema de leche) que de fruta, este postre no resulta nada pesado y es perfecto para terminar una comida, para merendar o para tomar entre horas.
Yo he querido prepararlo en tarros con tapa porque de esta manera puedo llevarlos a la oficina, pero podéis ponerlo en vasitos o en copas monas y será el remate perfecto para una comida con invitados especiales.
Generalmente la panna cotta se hace con gelatina, pero esta está hecha con agar agar, un gelificante de origen vegetal (proviene de un alga marina) mucho más saludable que la gelatina. Para hacerlo seguí las indicciones que nos da Pilar en su blog Per sucar-hi pa y, aunque yo esperaba una textura menos sólida, lo cierto es que el agar agar ha funcionado perfectamente y ha cumplido su misión. Mini punto para el agar agar. Pienso usarlo más veces.
200 ml. de nata (crema de leche) líquida
250 gr. de fresas (pesadas después de lavarlas y quitarles el pedúnculo)
90 gr. de azúcar
2 gr. de agar agar (o 4 hojas de gelatina, si lo prefieres)
Trituramos las fresas con la batidora o, en mi caso, con mi My Cook hasta que estén hechas puré.
Opcionalmente, antes de continuar, podemos pasar el puré de fresas por un colador para que quede más fino y no nos encontremos las semillas en el resultado final. Yo lo hice para que la cachorrita pequeña no pusiera pegas, pero no es obligatorio.
Devolvemos el puré colado a la jarra de la My cook, incorporamos la nata (crema de leche) y el azúcar y programamos 5 minutos, 100 ºC velocidad 3. Cuando falten solo dos minutos, añadimos el agar agar y dejamos finalizar.
Dejamos templar un poco en la jarra (para que los tarritos de cristal no se rompan al verter en ellos el líquido caliente) pero no mucho, no vayan a solidificarse en ella.
Servimos en los moldes elegidos y dejamos enfriar en el frigorífico un mínimo de 6 horas para que cuajen bien.
Para hacerlo sin My Cook, basta con poner a cocer la nata (crema de leche) en un cazo junto con las fresas y el azúcar, a fuego medio para que no se agarre y procurando no dejar de remover. Cuando rompa a hervir incorporamos el agar agar y dejamos cocer 2 minutos. El resto es igual.
El resultado es así de apetitoso y como es un postre que ha de consumirse frío y yo soy una frescales ;) esta es mi aportación al sexto (sí, sí, sexto nada menos) reto BBSS que Marisa ha convocado. Recetas frescales y fresquitas, frías o congeladas que no dejen de ser BBSS (buenas, baratas, sanas y sencillas) para que todos, sin falta, podamos acceder a platos saludables, ricos y, además, económicos.
Y a tú, ¿eres un frescales? ¡Demuéstralo sumándote al reto!
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