Hola, hoooola!. Desde la última Navidad no había publicado ninguna receta más. No es que no haya cocinado nada durante todo este tiempo, es que en enero hay restos en el congelador y hay que hacer balance de la despensa.
Los platos de retales que preparo suelen ser raros. Y si digo raros quiero decir "rarísimos". El otro día sin ir más lejos, hice una crema de calabaza, cocida en caldo de carne, con un fondo de sofrito, bien confitado, a la que añadí lechuga iceberg. La base iba triturada pero caldosa, para poder añadir al final unos pocos fideos de cabello de ángel. Terminé condimentando con un toque de pimienta negra de molinillo. ¡Estaba riquísima!. Pero a ver como se vende la idea. No se puede.
El caso es que el plato de hoy también es de aprovechamiento. Aunque se parece a uno que se publicó en la sección de cocina de la revista Hola, os advierto que la elaboración no es la misma ni de lejos. Vi la foto, leí las explicaciones y a continuación hice lo que me dio la gana. Como tenía en casa los ingredientes adecuados fue fácil ponerme a ello, solo tuve que comprar el cebollino. De todas formas si tenéis orégano, tomillo o incluso perejil fresco también se podría utilizar. Si no, añadís ajo al sofrito que siempre le queda bien a la pasta.
Para el tipo de salsa que lleva este plato hace falta que la pasta sea gruesa para que haya superficie donde adherirse. Así, en este caso, he empleado rigatoni, que son unos macarrones algo más cortos y con estrías. Además me he entretenido en cortarlos por la mitad después de hervirlos. Si, si, en serio, no me ha costado nada y se ve una terminación distinta. ¿No me digáis que no queda visualmente bonito?
Ingredientes para 4 personas (orientativo)
400 g de Rigatoni
300 de champiñones frescos
150 g de guisantes finos de lata
1 cebolla (200 g)
250 ml de caldo de verduras
4/5 cucharadas de nata (crema de leche) líquida para cocinar
1 cucharadita de espesante alimenticio de Maicena
1 cucharada rasa de mostaza de Dijón
Cebollino fresco
Queso parmesano rallado
Pimienta negra de molinillo
Aceite de oliva
Sal
1 - Calentar aceite de oliva. Hacer un sofrito con la cebolla. Añadir los champiñones a láminas finas y cocinar sin que cojan color. Condimentar con sal.
2 - Añadir el caldo caliente y la nata (crema de leche). Condimentar con pimienta. Llevar a ebullición a fuego lento y añadir el espesante. Apagar el fuego y remover. Si la salsa está demasiado espesa podéis añadir unas cucharadas más de caldo caliente. Rectificar también la cantidad de nata (crema de leche) si es necesario.
3 - Añadir la mostaza. Mezclar.
4 - Hervir la pasta al dente. Escurrir e introducir en la salsa todavía caliente. Añadir los guisantes. Mezclar de nuevo con cuidado, que la salsa envuelva toda la pasta.
5 - Servir inmediatamente acompañada de cebollino picado y queso parmesano rallado.
¡Qué aproveche!