Ya vamos apurando los días y empieza la cuenta atrás para las vacaciones. Eso no quita para que sigamos siendo unas cocinillas.
Hoy quiero compartir con vosotros una receta muy fácil. Este pastel estoy segura de que va a sacaros de más de un apuro.
Con invitados en casa o porque tenéis una imperiosa necesidad de comer dulce. Es muy sencillo y rápido de hacer.
Por los ingredientes, no os preocupéis que son los típicos que siempre se tienen por casa.
Esta, es la historia de un pastel que no lo quiso ser pero que al final se convirtió en un postre.
Hace ya unos meses que colaboro con mis recetas en el blog de Delikatissen y esta receta, digamos que es parte del resultado de otra que veréis por el blog.
Cuando las cosas no salen como una se lo espera hay que tener recursos. Así que parte de la receta, se ha transformado en lo que veis
INGREDIENTES
500 ml de leche
125 gr de azúcar
125gr de harina
3 huevos
75 gr de mantequilla
PARA EL GLASEADO
200 gr de queso de untar
3 cucharadas de mermelada de mora
3 cucharadas de leche
ELABORACIÓN
Tenemos que tener la mantequilla blanda, a temperatura ambiente, en pomada se suele decir. Así que lo mejor es que la saques con unas horas de antelación. Yo soy muy despistada así que suelo ayudarme con un golpe de calor en el microondas.
Mezclamos la mantequilla con el azúcar y batimos durante unos tres minutos. Hasta que el conjunto blanquee y nos quede cremoso.
Después añadimos los huevos. Uno a uno y batiendo después de cada adición.
Incorporamos la harina. Poco a poco para que quede bien integrada. Por último añadimos la leche y volvemos a mezclar.
Nos va a quedar una masa bastante líquida, un poco grumosa y con algo de espuma. Esto hace que el pastel quede de más cuajado en el fondo y con una capa superior más esponjosa.
Para hornearlo precalentamos a 180º y con el ventilador lo tenemos alrededor de 20 minutos. Una prueba para saber si está hecho es pinchándolo con una varilla. Si esta sale seca ya está hecho.
Dejamos enfriar en el molde. Mientras hacemos la cobertura y para ello seguimos echándole ingenio.
Quería hacer una glasa con azúcar glas pero no tenía. Tampoco nata (crema de leche) para montar. Por lo que seguí escudriñando la nevera hasta que encontré el típico queso de untar.
Mezclas los ingredientes y bates bien. En mis recetas siempre uso mermelada de mora porque la tenemos casera. En tu caso, sustitúyela por la que tengas.
Vamos a obtener una crema ligera que usaremos para adornar el pastel. Más fácil imposible.
FOTOGRAFIA TCV