Seguimos con los guisos a base de patatas, como las patatas estofadas que vimos hace unos días.
El plato de hoy tiene su origen en La Rioja y en Álava, aunque al tratarse de un plato tan sencillo su elaboración se ha extendido al resto de las Comunidades Autónomas con facilidad.
Mi madre las preparaba mucho y es uno de los platos a los que recurro cuando no se qué preparar.
INGREDIENTES (PARA 4 PERSONAS):
Patatas: 800 gramos.
Chorizo: 2.
Ajo: 2 dientes.
Perejil.
Vino blanco: 100 mililitros.
Sal.
Laurel: 1 hoja.
Aceite de oliva virgen extra.
ELABORACIÓN (TRADICIONAL):
Se pelan las patatas, se lavan, se secan y se chascan con el cuchillo.
Cortamos el chorizo en rodajas.
En el mortero hacemos un majado con el ajo picado y el perejil..
En una cacerola ponemos aceite de oliva y sofreímos el chorizo. Cuando empiece a cambiar de color añadimos las patatas y removemos. Echamos el vino blanco y cubrimos las patatas con agua.
Añadimos el majado del mortero y el laurel y las dejamos cocer a fuego lento hasta que las patatas estén tiernas.
ELABORACIÓN (CROCK-POT):
Se pelan las patatas, se lavan, se secan y se chascan con el cuchillo.
Cortamos el chorizo en rodajas.
En el mortero hacemos un majado con el ajo picado y el perejil.
En una cacerola ponemos aceite de oliva y sofreímos el chorizo. Cuando empiece a cambiar de color añadimos las patatas y removemos.
Añadimos el vino blanco y dejamos la cacerola al fuego hasta que se haya evaporado el alcohol.
Pasamos las patatas a la Crock-Pot, las cubrimos con agua y ponemos la hoja de laurel y el majado de ajo y perejil.
Se deja 4 horas en temperatura alta.