Este paté en concreto no es una sustitución de los clásicos patés al Oporto, que son dulces a rabiar y solo saben a pasas. He intentado equilibrar el sabor del paté de base, con el vino y con el aroma de las especias. Si queréis, solo tenéis que probar y ya me contaréis.
Para unos 600 g de paté necesitamos:
200 g de higaditos de pollo
200 g de carne de cerdo picada
150 g de manteca de cerdo, de la mejor calidad posible
100 g de champiñón, preferentemente Portobello, son más aromáticos, tienen un sabor a tierra más intenso
1 cebolleta fresca, picadita
1 huevo
100 ml de nata (crema de leche) líquida. Me gusta usar la de repostería, porque lleva más grasa. Nadie dijo que el paté sea un plato para comer todos los días a todas horas. Si no tiene grasa abundante no tiene textura.
100 ml de Pedro Ximénez
3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
Sal y pimienta al gusto
2 cucharaditas de cominos
Romero al gusto
2 cucharaditas de orégano
1 cucharadita de tomillo
2 hojas de laurel
Venga, empezamos. Limpiamos los higaditos de grasas y excesos. Los cortamos en tres o cuatro trozos cada unidad. Usamos también el corazón. Cortamos la cebolleta y los champiñones. Y ponemos el perol con la manteca y el aceite al fuego, a potencia media.
Una vez esté aliente y derretida la manteca, echamos la cebolleta con sal y el laurel, para que sude. Cuando esta empiece a cambiar de color añadimos el hígado y la carne. Salpimentamos y dejamos rehogar un rato. Posteriormente introducimos los champiñones y dejamos que se cocinen unos 5 ó 6 minutos todo junto.
Ahora es el momento de las especias y del vino. Dejamos que reduzca un par de minutos y echamos la nata (crema de leche). Un par de minutos más y apagamos. Sin fuego ya, introducimos el huevo y mezclamos. Pasamos por la batidora y colocamos en un molde de aluminio y al Baño María, y tapado con un papel de aluminio, en el horno a 180ºC unos 30 minutos.
Sacamos del horno y pasamos nuevamente la masa, o ya el paté, por la batidora. Rectificamos de especias, sal y pimienta, si lo viéramos necesario, pero recordad que los patés incrementan el sabor al enfriar y alcanzar temperatura ambiente.
Ya solo me queda deciros, que lo untéis en un buen pan, suave y crujiente y os lo toméis con la gente que más queráis con una buena botella de vino tinto. La vida os lo agradecerá. Os dará, lo más importante que hay en ella, un rato de felicidad. Besos a todas, a todos, a .., besos.