De nuevo último domingo del mes, y día de publicación del reto #Asaltablogs. Muchas veces cuando empiezas a inspeccionar el blog asaltado del mes encuentras recetas que tenías en pendientes desde hace tiempo. Y eso me paso cuando me di un paseo por el blog de Mara, Más dulce que Salado. Encontré estos phoskitos caseros que hacía tiempo quería hacer. Realmente estos phoskitos no son como los originales, están mucho más buenos, pero no recuerdan en sabor a los originales. Tampoco tenía intención de conseguir el mismo sabor, puesto que no soy muy fan de ellos. Mi madre tampoco lo es, por lo que cuando se comió uno de éstos dijo: éstos no son phoskitos, están mucho más buenos que los phoskitos. Aunque también tengo que reconocer que la cobertura no me ha gustado mucho, no soy muy dulcera y añadirle azúcar al chocolate no ha sido muy buena idea, pero quería ser fiel a la receta de Mara y así la he hecho.
INGREDIENTES:
Para el bizcocho:
4 huevos
80 gr. de harina
50 gr. de leche entera
80 gr. de azúcar
45 gr. de aceite de girasol
1 cucharada de aroma de vainilla
Una pizca de sal
Para el relleno:
200 ml. de nata (crema de leche) para montar (mínimo 35% M.G.)
50 gr. de azúcar glass
Una cucharadita de aroma de vainilla
Para la cobertura:
150 gr. de chocolate para fundir
10 cucharadas de agua
200 gr. de azúcar glass
1 cucharada de aroma de vainilla
PREPARACIÓN:
Lo primero que haremos será separar las yemas de las claras. Reservamos las claras. Y las yemas las ponemos en el bol de la batidora (yo en la Kitchen Aid), junto con el aceite, 30 gr. de azúcar, la harina tamizada, la sal, el aroma de vainilla. Batimos con las varillas hasta integrar todo y que los ingredientes estén bien mezclados. En otro bol montamos las claras, a punto de nieve, añadiendo al final, en tres veces el resto del azúcar, hasta conseguir que monten picos. Añadimos las claras montadas al otro bol y, con la ayuda de una espátula, integramos con movimientos envolventes. Extendemos la masa sobre la bandeja de hornear, sobre papel vegetal y horneamos en el horno precalentado a 170º durante 15 minutos. Cuando se haya horneado volcamos sobre otra hoja de papel vegetal y quitamos la hoja con la que se ha horneado, con lo que nos encontraremos con el bizcocho sobre la nueva hoja de hornear. Con la ayuda del papel de hornear enrollamos el bizcocho, como un brazo de gitano, y dejamos enrollado hasta que se enfríe totalmente.
Una vez que se haya enfriado el bizcocho, prepararemos la crema. Tendremos que montar la nata (crema de leche) bien fría con la ayuda de unas varillas. Añadimos el aroma de vainilla y a final el azúcar, en forma de lluvia. Una vez montada la nata (crema de leche), desenrollamos el bizcocho y cubrimos con una capa de nata (crema de leche), dejando los extremos sin rellenar, ya que al presionar se saldrá un poco por los lados. Volvemos a enrollar con la ayuda del papel vegetal y metemos en el frigorífico durante una hora al menos.
Ya sólo nos queda preparar la cobertura. Para ello disolvemos el azúcar glass en el agua. Fundimos el chocolate al baño María o a golpe de microondas, parando cada 30 segundos, para ir removiendo. Mezclamos todo y añadimos la cucharadita de aroma de vainilla. Removemos hasta que nos quede una cobertura totalmente lisa. Cortamos el bizcocho en rodajas de un poco más de un dedo de grosor. Disponemos sobre una rejilla, ponemos un plato debajo y vertemos la cobertura sobre cada uno de los pastelitos, procurando que se cubran por todos lados. Ésta es la parte más engorrosa de la receta, hay que ir ayudándose de una espátula para cubrir los laterales e ir recogiendo el chocolate de debajo de la rejilla para aprovecharlo todo. Una vez cubiertos. Dejamos enfriar totalmente para que el chocolate se endurezca y metemos en el frigorífico, dentro de un táper, hasta la hora de servir.
Como veis la receta es un poco laboriosa, aunque no muy complicada, y merece la pena si queréis que vuestros hijos disfruten de unos phoskitos totalmente caseros.
Feliz domingo.
Lidia.