Últimamente veo mucho Masterchef, y hay veces que me vengo arriba en la cocina y me pongo a probar cosas nuevas. A veces hacen programas dedicados a los trampantojos, que son platos que parecen una cosa, pero son otra. Y mira, se me ocurrió probar de hacer una pizza, que parezca una pizza, pero que sepa a otra cosa.
En realidad, por sabores, esta pizza de frutas es una tarta de queso con fresas, pero he intentado poner todos los detallitos de una pizza:
Base de masa quebrada, que simula la propia base de una pizza
Fondo de mermelada de fresas y frambuesas, que simula la salsa de tomate
Queso crema texturizado, que es la mozzarella, por encima del “tomate”
Rodajas de fresa, como si fuera pepperoni
Y hasta hojitas de hierbabuena picadas, que simulan el orégano
¿A que queda bonita? Pues es súper fácil de preparar, os lo prometo! Y el conjunto en boca (como dicen en Masterchef) está súper rico, los sabores combinan muy bien y es muy ligera de comer. Me encanta
Yo he usado masa quebrada casera para la base, pero podéis probar con otras masas, y si no tenéis casera pues de la comprada (pero la casera es mejor porque es integral). Cuidado al cortar, que es muy rompediza – usad un cuchillo grande y liso.
En cuanto a la fruta, he usado las fresas por darle el efecto embutido, por el color, pero también podemos hacer una hawaiana con trocitos de fresa (jamón) y piña, o usar las frutas que más nos gusten: kiwi, naranja, plátano… ¡imaginación al poder!
Os dejo ya con la receta, y espero que os guste, que hagáis pizzas de frutas originales, y que me enseñéis vuestras creaciones! Enviadme un mail o compartid fotos en Facebook, como sea, me encanta ver lo que hacéis
Información Nutricional
Cada ración de esta pizza de frutas saludable contiene:
142,7 kcal
9,8gr HC
Estas raciones se hacen cortando la pizza en 8 trozos, pero podéis hacerlos más pequeños si queréis.
Ingredientes:
1 lámina de masa quebrada/brisa redonda, 200gr de queso crema light, 2 láminas/hojas de gelatina neutra, 1 cucharada de stevia/ 2 de sucralosa, Mermelada de fresa (o 300gr de fresas para hacerla), 3 fresas para decorar, Hojas de hierbabuena o menta
Instrucciones:
Primero hay que hornear la masa, ya que el "relleno" no se hornea. Parto de la base de que tenéis la masa hecha (si no, aquí podéis ver cómo hacerla). Con el horno previamente precalentado, ponemos la masa en un molde de tarta redondo con cuidado, recortando la masa que sobre, y horneamos unos 10-12min a 180º, hasta que se dore ligeramente. Para que no se hiche, el mejor truco que he probado hasta la fecha es el de poner la masa en el molde, congelarla 15min mientras se precalienta el horno, y directa para dentro.
Preparamos la mermelada de fresas troceándolas y poniéndolas en un cazo a fuego medio con un poco de agua, y nos ponemos al paso 3, vigilando el fuego de vez en cuando.
Mientras se van hirviendo las fresas en el fuego, cogemos un par de fresas más (grandes y redonditas), las cortamos en rodajas finas y las sumergimos en un almíbar hecho con agua y sucralosa. Las dejamos secar en una bandejita o donde mejor os vaya. Para que no se me rompieran, yo las he ido cogiendo con unas pinzas, sumergiéndolas y colocándolas en una tabla.
Vamos removiendo la mermelada al fuego para que no se queme, y en unos 15-20min la deberíamos tener (son pocas fresas y las cortamos bien pequeñas). Aquí podéis ver más en detalle cómo hacer la mermelada. Reservamos.
Cogemos la base de la tarta/pizza, y vertemos la mermelada con cuidado, repartiéndola con una cuchara. Esperaremos hasta que la textura esté a temperatura ambiente y más firme antes de pasar al paso 6.
Preparamos la crema de queso batiéndolo con la batidora eléctrica, añadiendo la stevia/sucralosa y opcionalmente un par de gotitas de vainilla (yo no le he puesto por mantener el color blanco). Añadimos la gelatina, previamente disuelta en un dedo de agua (dentro de un vaso), y volvemos a batir.
Con la ayuda de una cuchara, colocamos la crema de queso encima de la mermelada y la vamos repartiendo.
¿Recuerdas las fresas que hemos cortado antes en rodajas? Las colocamos encima del queso, con cuidado, repartidas como si fuera embutido. Decoramos con hierbabuena o menta picada en trozos pequeñitos, ¡y listo!
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