Bon appétit amig@s,
Buff… ¿Cómo os describo yo el cake más famoso de mi casa y el que desaparece más fácilmente? Les encanta a mis hijos y si sobra algo de la merienda seguro que no llega al día siguiente jaja. Tomado con un buen vaso de leche ó un cafelito Uhmmmm.
Muy suave, nada dulce y con un sabor a chocolate increíble y encima bastante fácil de hacer, vamos diría yo que para principiantes.
Ingredientes :
250 gramos de harina
200 gramos de azúcar
3 huevos
40 gramos de cacao puro sin azúcar añadido
120 ml de aceite de girasol
120 ml de leche
16 gramos de levadura en polvo
125 gramos de pepitas de chocolate
Azúcar glas para decorar
Como siempre encendemos el horno a 180 grados para que se vaya calentando mientras preparamos la masa.
En un bol emulsionamos muy bien con unas varillas eléctricas ó a mano los 3 huevos enteros junto al azúcar. Cuando hayan prácticamente doblado de volumen y se hayan vuelto de color amarillo pálido, añadimos el aceite y batimos un poco más. Le toca el turno a la leche, mezclamos bien y seguidamente añadimos la harina tamizada de poco en poco mezclando e integrando bien.
Terminamos con el cacao en polvo puro sin azúcar añadido y la levadura.
Truco: si no disponéis de este tipo de cacao, podéis poner cacao en polvo del que se utiliza para mezclar con la leche aunque tenéis que rebajar un poco los gramos de azúcar de la receta.
Una vez mezclado todo bien nos queda solo agregar las pepitas de chocolate, remover bien y verter la masa en un molde rectangular para cake. Yo utilicé uno de 28 cm X 12 cm de ancho.
Llevamos al horno precalentado a 180 grados durante unos 50 minutos.
¡Qué pinta y qué olor! Da ganas de comerlo ya pero no, tendremos que esperar un poco a que se enfríe del todo para desmoldarlo y decorar con un poco de azúcar glas por encima (opcional)
¡¡Vaya delicia!!
Bon appétit mama