De la cazuela de pollo al chilindrón dimos buena cuenta en la mesa, pensé que quedaría un táper para guardar y solo fue eso, un pensamiento.
Ingredientes para 4 a 6 pax:
1 pollo troceado
1 pimiento rojo
3 pimientos verdes
2 cebollas
5 dientes de ajo
4 tomates maduros
1 vaso de vino blanco (250ml)
150 g de jamón serrano a taquitos o lonchas troceadas
1 ramita de romero
Aceite de oliva virgen
Sal y pimienta
Elaboración:
Quitar la piel al pollo y salpimentar.
Lavar, cortar en tiras los pimientos. Pelar las cebollas y picar en juliana. Pelar los ajos y cortar en láminas 3 y los otros dos partidos por la mitad. Escaldar ligeramente los tomates, pelar y cortar en trozos.
Poner en una cazuela plana o sartén, un chorro de aceite y cuando esté caliente añadir los 2 dientes de ajos partidos por la mitad, cuando cojan un poco de color, retirar. En ese mismo aceite añadir el pollo y freír a fuego medio-alto, que quede dorado por todos los lados, sacar y reservar.
Si se puede aprovechar el aceite, añadir la cebolla picada en juliana y pochar a fuego bajo, con cuidado que nos pasemos y se queme. Seguidamente incorporar los pimientos y se deja pochar todo junto y que queden algo crujientes, que aún se tienen que guisar más. Sazonar.
(Lo he preparado todo en la misma cazuela plana de hierro, pero si se necesita una sartén para cualquier de las frituras o el aceite está muy oscuro, utilizar lo más conveniente).
Añadir el jamón a la cazuela, mezclar y cocinar unos minutos. A continuación poner el tomate troceado y dejar cocinar unos 6 minutos a fuego bajo.
Agregar a la cazuela el pollo, la ramita de romero, mezclar todo bien e incorporar el vino blanco, dar unas vueltas y dejar cocinar 10 minutos, removiendo de vez en cuando para que no se pegue. Si se queda seco, añadir un poco de agua y mezclar. Probar y rectificar de sal, si se cree conveniente. Quitar la ramita de romero.