Bueno, pues ya estoy de vuelta de mis vacaciones.
He estado muy lejos, en Indonesia, y regresé ayer, así que todavía no ando muy lúcida que digamos, jajaja (lo del "jet-lag" no es un mito, puedo dar fe).
Ya os
Hace mucho tiempo, encontré algo parecido a esta receta en internet.
Tanto tiempo, que no tengo ni idea de cuál fue el sitio donde la vi. Ya sabéis que yo siempre reconozco mis copieteos o mis "fuentes de inspiración", pero, en este caso, no puedo hacerlo porque no lo recuerdo. Sé que era un blog o página que no tenía nada que ver con la cocina, eso sí.
La receta empleaba zumo de manzana, pero yo decidí tunearla con piña y con caldo: temía que con un litro de zumo resultara demasiado "agridulce" para el gusto tradicional del "personal" de esta casa.
Y gustó, ya lo creo que sí. Queda delicioso acompañado con arroz blanco, o con patatas fritas en cuadritos, o hechas al microondas, como en esta receta.
El pollo queda muy sabroso y muy tierno. Y la salsa es riquísima. Con su puntito agridulce, pero apta "para todos los públicos", que en todas las familias tenemos personas "no muy amantes" de los contrastes exóticos de sabores, por decirlo de manera suave.
INGREDIENTES:
-2-3 pechugas de pollo (a ser posible, campero)
-200 mililitros de zumo de piña
-800 mililitros de caldo de pollo o verduras (en total, necesitaremos 1 litro de líquido)
-1 o 2 bolsas de crema de champiñones (como, por ejemplo, ésta)
Pesan unos 70 gramos por bolsa
-Aceite de oliva virgen extra.
-Sal.
-Para acompañar: arroz blanco, patatas fritas en cubitos, o al microondas
PREPARACIÓN:
Poner en un cazo a calentar el zumo y el caldo (lo mantenemos a fuego lento al principio, mientras preparamos las pechugas).
Cortamos las pechugas en escalopines. Si están un poco gorditos, los aplanamos con el mazo: así quedarán más blanditos y con mejor forma.
Los rebozamos con la crema de champiñones.
Pueden hacer falta una o dos bolsas, depende de la cantidad de escalopines a rebozar. Para dos pechugas, normalmente basta con una bolsa. Pero tened en cuenta que nos tiene que sobrar una cantidad suficiente para la salsa.
Freímos las pechugas en abundante aceite caliente.
Una vez fritas, las salpimentamos, y las reservamos en una cazuela baja.
El resto de la crema de champiñones lo iremos añadiendo poco a poco al cazo del zumo, que pondremos ya a fuego medio. Lo agregamos sin dejar de remover, y con cuidado para que no se formen grumos.
Dejamos cocer durante unos 3-4 minutos, y pasamos la salsa a la cazuela.
De momento, agregaremos la cantidad suficiente para cubrir los escalopines, Pero reservamos el resto de la salsa, porque es posible que necesitemos añadir más.
Cocinamos durante 15-20 minutos a fuego medio-bajo (tapamos la cacerola durante los 5 primeros minutos).
La salsa irá espesando poco a poco, por lo que hay que remover de vez en cuando. Y también probaremos el punto de sal, para ir añadiendo la que necesite.
Y ya tenemos nuestro plato listo para comer. ¡A disfrutar!