Igual que la paella es tradición comerla los jueves y se puede encontrar en los menús de todos los restaurantes y bares, para mí los platos con pollo huelen y se comen los domingos. Ese olorcito de pollo rustido hecho en el horno, que se va tostando uniformemente por todos los lados mientras va soltando todo su juguito, que va impregnando a su vez las patatas que están bien colocadas alrededor del susodicho mhmmmm, me fascina. Recetas de pollo debe de haber doscientos mil millones y puedo confesar que seguro me gustan todas sin posibilidad de error. Unas fajitas rellenas con pollo, a la barbacoa, marinado, sin marinar, rebozado, empanado, en ensalada, como parte fundamental de unas croquetas, al ajillo, en salsa, sin ella, pringarse hasta los codos dejando huella por todos los morros...es que es socorrido como el que más, y es perfecto como aprovechamiento en el caso de que sobre. Es una joyita ! La receta de hoy es de las sencillas, de las de ir incorporando productos y luego dejarlo amorosamente a fuego lento para que se vaya cocinando y quede meloso y podamos dejarnos una barra de pan haciendo barquitos en la salsa. Hace unos días vinieron unos amigos a casa a comer y oye, no tenía ni idea que preparar, no tenía muchas ganas de pasarme toda la mañana metida en la cocina y perderme el maravilloso domingo de sol que tuvimos, así que me acordé de éste pollo rustido de domingo que tantas veces había hecho mi madre. Y cómo quería compartir el tiempo con ellos en el jardín lo hice en nuestro soporte para paellas con la nueva cazuela que quería estrenar. Estuvo genial porque hice una clase de cocina en vivo y en directo y con el consiguiente cachondeo que llevábamos porque había más de un vecino espiándonos entre los arbustos en busca de la procedencia del delicioso olorcito que desprendía mi rustido jajajaja. Evidentemente los intrusos no cataron nada de nada, que se queden con sus salchichas! Siempre que cocino en el jardín pasa lo mismo, de repente todo el mundo llama al timbre para pedir un poco de sal, o azúcar y de paso colarse dentro de casa y no perder la oportunidad de saber si falta sal al guiso metiendo un mendrugo de pan dentro de lo que estoy cocinando jajaja, como me suelen decir, la culpa es mía por cocinar cosas que huelan tan bien. Toma castaña! En fin, que igual que se puede hacer con pollo, podéis utilizar conejo, costillas de cerdo, o un mix de todo, imaginación al poder, cualquier combinación es buena siempre que pongáis todo vuestro esfuerzo y cariño preparando el sofrito y la picada, los pilares para crear la mejor salsa para pollo de vuestra vida. La receta es para cuatro personas e incluso seis si el pollo es de los grandes. Nos ponemos a cocinar?
INGREDIENTES
* 1 pollo grande de corral
* 4 butifarras
* 2 cebollas grandes
* 4 dientes de ajo
* 3 tomates maduros
* hierbas ( romero, laurel, perejil, tomillo)
* 500g setas variadas ( boletus, níscalos, champiñones, rebozuelos..)
* 1 vaso de vino rancio ( o una copita de brandy)
Picada
* 12 avellanas
* 12 almendras
* 2 galletas carquinyolis ( se puede substituir por galletas maría)
* 2 galletas de almendras
* 1 diente de ajo
* perejil
ELABORACIÓN
1. Trocear el pollo, salpimentar. Mientras calentar a fuego fuerte una cazuela baja ( si es de hierro fundido mejor), unir aceite de oliva virgen extra e incorporar el pollo y las butifarras, dorar bien por todos los lados. Reservar.
2. En la misma cazuela pero bajando el fuego, pochar las cebollas bien picadas y 3 dientes de ajo. Después de 20 minutos unir los tomates limpios y troceados. Dejar hacer el sofrito a fuego bajo-medio durante otros 20 minutos más. En éste punto triturar el sofrito de tomate, unir el pollo dorado y las butifarras e incorporar el vino rancio o el brandy ( en éste caso flambear), unir las hierbas y tapar la cazuela, dejar cocer entre 15-20 minutos a fuego bajo vigilando que no se quede sin líquido, si fuera así, ir uniendo un poco de caldo. Pasado el tiempo, unir más caldo de pollo hasta cubrir. Tapar y dejar cocinar otros 25 minutos más.
3. Preparar la picada: en un mortero machacar el diente de ajo picado, unir las almendras y las avellanas, seguir majando, las galletas y el perejil picado. Reservar.
4. En otra sartén con un par de cucharadas de aceite de oliva virgen, dorar el cuarto diente de ajo bien picadito junto con perejil, unir las setas bien limpias y troceadas. Saltear unos 3-4 minutos. Volcarlos directamente sobre la cazuela con el pollo.
Unir la picada, mezclar todo bien y dejar cocinar todo durante 20 minutos más. En el momento en el que el pollo esté bien cocinado lo tenemos listo para servir.
Si lo acompañáis de unas patatas fritas, o asadas y si no queréis incorporar más calorías con arroz blanco y una buena ensalada, puede ser un plato único perfectamente. Un pastel o un bizcocho y podéis tener un menú de domingo genial. El guiso sabe mejor de un día para otro y un consejo os daré, si queréis obtener un gran sabor el secreto está en dorar bien las piezas de carne en aceite bien caliente, ese sabor a rustido es lo mejor de lo mejor. Qué os aproveche!!