Como no me iba a poner a apalear al animalillo en cuesión, eso me generó un trauma cuando siendo yo muy pequeña lo vi hacer en una pulpería de Lugo contra un barril, lo metí al congelador para que el hielo se encargase de romper los tendones de los tentáculos y tenerlo listo para la cocción. Hecho esto... me apañé un par de platos típicos y esperé a tener un rato para cocinar al pulpo viajero.
Lo mejor de todo esto es que sabes que estás comiendo un producto nacional, fresco y con un sabor inigualable. En mi casa no son muy dados a comer pulpo, así que me pegué un festín y aproveché a preparar un par de platos diferentes que ya os contaré en otro momento.
Por lo pronto vamos a disfrutar de este manjar gallego que además vamos a regar con un vino de la tierra que tomado a la temperatura adecuada lo hace el compañero ideal de este plato y del que os hablo un poco más abajo...
Ingredientes
1 pulpo fresco
Agua
1 cebolla
1 hoja de laurel
2 patatas
Sal gorda
Pimentón de la Vera dulce o picante (eso va en gustos)
Aceite de oliva virgen extra
Para evitar tener que apalear al pulpo lo meteremos un par de días en el congelador y antes de cocinarlo lo dejaremos descongelar del todo.
Ponemos una olla o cazuela grande al fuego llena de agua. Cuando el agua hierva asustamos al pulpo 3 veces (esto se hace cogiéndolo por la cabeza y metiéndolo y sacándolo del agua 3 veces seguidas). Veremos como los tentáculos encogen. Hecho esto lo metemos en la olla, echamos la cebolla y el laurel y tapamos (ojo, no queremos presión, por lo que no cerréis la olla). Dejamos cocer durante unos 45 minutos.
Pasado el tiempo comprobamos si está hecho pinchándolo con un palilloo o cuchillo. A mi me gusta más bien tirando a duro, pero si os gusta más blando lo dejáis unos minutos más pinchando para comprobar el punto y que no se os pase demasiado.
Lo sacamos de la olla y lo dejamos enfriar.
Pelamos las patatas y, enteras, las cocemos en el agua donde hemos cocido el pulpo. Cuando estén listas las sacamos y dejamos enfriar un poco antes de cortarlas en rodajas un poco gruesas.
Las disponemos sobre los platos de madera y encima de ellas vamos colocando el pulpo troceado. Espolvoreamos con sal gorda, pimentón y un buen chorro de aceite de oliva virgen extra. Servir templado y acompañado de un albariño bien fresquito.
¿El mejor vino? Blanco y en botella. Y si es Denominación de Origen Rías Baixas, mejor.
Un albariño delicado y afrutado que me cautivó cuando tuve el privilegio de probarlo por primera vez. Buena huella en boca de principio a fin, firme sin aristas y ampuloso, final pleno y franco.
Pionero Mundi. Ideal como acompañamiento de mariscos y pescados. Beber fresquito, a 11 grados.
Lo mejor... que puedes hacer tu encargo en Salamanca:
- Estuche de tres botellas: 20 euros
- Caja de 12 botellas: 70 euros
Interesados escribir a cuadernosdecocina@gmail.com