Hoy os traigo un rico aperitivo, muy fácil de preparar e ideal para cuando tenemos invitados o para una cena de picoteo. Empecemos como siempre por los ingredientes:
- quesitos
- harina
- pan rallado
- 1 huevo
- aceite
- mermelada de moras
Lo primero que hay que hacer quitar es los papeles a los quesitos y preparar los 3 platos para el rebozado: uno con harina, otro con huevo y el último con pan rallado y encendemos la freidora para que se caliente el aceite.
Se puede hacer en sartén pero es mucho más laborioso y, en ese caso, es mejor usar una sartén pequeña y honda para que se puedan sumergir los quesitos y así no tener que andar dándoles la vuelta con el peligro de que se rompan.
Empanamos los quesos como si de cualquier otra cosa se tratara, primero pasamos por harina, luego por huevo y por último por el pan rallado. Los dejamos todos en un plato preparados.
Es importante servirlos recién fritos y hacerlos todos mas o menos de seguido así que si lo vais a preparar con invitados se pueden dejar empanados en la nevera para freírlos en el último momento.
Los freímos en abundante aceite. Tardan muy poco, 2 ó 3 minutos. Hay que estar atento ya que si se calientan demasiado el queso podría salir y quedarnos un cascaron vacío.
Una vez fritos, ponemos los quesos en un plato con papel absorbente para retirar el exceso de aceite.
Ya sólo queda emplatar. Ponemos los quesos en un plato o fuente con un poco de mermelada, yo me decanté por la de moras porque es la que preparo todos los años, pero una de fresa también queda muy bien o incluso sirope de fresa si sois más golosos.
Espero que os guste. Hasta la próxima!
Fuente: este post proviene de Una caja en el desvan, donde puedes consultar el contenido original.
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