Con el verano, nada como una tarta comtessa sin azúcar. La típica tarta helada de nata (crema de leche) con láminas de chocolate, ¿te suena? Pues con esta receta la puedes hacer más saludable y riquísima
Yo no sé vosotros, pero yo pienso en la comtessa y me vienen a la cabeza un montón de recuerdos con mis abuelos. Cuando era pequeña, iba todos los veranos a casa de mis abuelos, en la montaña, con mi primo. Nos lo pasábamos genial, jugábamos en la piscina, hacíamos el tonto con la manguera, recogíamos fruta del huerto, merendábamos pan con chocolate… Y todos, todos los veranos, había siempre en en congelador una tarta comtessa, helado de corte y algunos petit suisse que congelábamos con una cuchara clavada en medio.
Mi abuelo era diabético, así que estas cosas había que controlarlas, pero lo bueno de la comtessa es que, como con los helados de corte, puedes controlar bien las raciones porque tú mismo cortas cuánto te vas a comer.
Ahora llega el verano y me acuerdo de todo eso, cada año lo recuerdo. Y este año he dicho… oye, ¿y si hacemos una comtessa? Mi abuelo ya no está y mi abuela vive lejos como para llevarle un trozo, pero a mi primo sí que le llevaré una buena ración
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La comtessa (o vienetta) es una tarta helada de nata (crema de leche) que se caracteriza por tener láminas finas de chocolate en medio, que se parten y crujen cuando coges un trozo con el tenedor. Como básicamente es nata montada (crema de leche), su contenido en grasas es elevado.
Para hacerla más light y más saludable, he reducido la nata (crema de leche) que llevaría una comtessa tradicional y la he sustituido por yogur griego 0%. Si no tenéis yogur griego, podéis usar yogur normal, aunque el griego tiene una textura más cremosa y queda mejor.
Para esta tarta he usado un molde rectangular de 26×11 cm.
Otra cosa que he reducido es el chocolate. Además de ser chocolate sin azúcar, en lugar de poner un montón de láminas solo he puesto 4, que me parece que son de sobra para hacer la tarta en condiciones, y bien finitas. O sea que mientras que una tarta normal lleva unos 200-250gr de chocolate, ésta lleva 120gr en total y no tiene azúcar. Que los hidratos no te los quita nadie, pero es una cantidad mucho menor.
A mí me encanta, en verano apetecen mucho las cosas fresquitas y las tartas heladas son geniales como postre. Además, es de estas cosas que duran bastante porque, como sí o sí la tienes que guardar en el congelador, no se pone mala
Por cierto que con esta comtessa sin azúcar participo en Desafío en la Cocina, donde todas las blogueras que estamos hemos preparado una tarta helada (aquí podéis ver las de mis compañeras).
Espero que os guste, y si la preparáis ya me contaréis
Ingredientes:
200ml nata (crema de leche) para montar, 250gr yogur griego 0%, 90gr claras de huevo (3 claras aprox), 2 cucharadas soperas de sucralosa o 1 de stevia, 120gr chocolate negro sin azúcarInstrucciones:
Troceamos el chocolate y lo fundimos, al baño maría o al microondas en golpes de 30 segundos.Cogiendo el molde como referencia, pintamos rectángulos sobre papel de hornear. Éstas serán las láminas de nuestra tarta comtessa. Nos interesa que sean finitas para que crujan al comernos la tarta, pero suficientemente gruesas como para que no se rompan al montar la tarta. La clave está en no dejar agujeritos, hacer láminas finas y opacas. Guardamos en la nevera para que se solidifiquen.
En un bol, batimos la nata (crema de leche) bien fría hasta que monte, junto con la mitad del edulcorante.
Añadimos el yogur cremoso y lo integramos con una espátula, haciendo movimientos envolventes. Reservamos en la nevera.
En otro bol, montamos las claras a punto de nieve. Cuando ya hagan picos, añadimos el resto del edulcorante y las acabamos de montar.
Recuperamos el bol de la nata montada (crema de leche) y añadimos las claras a punto de nieve. Volvemos a integrar con movimientos envolventes.
Ahora montaremos la tarta. Forramos el molde (yo he usado uno para pan) con papel film. Vertemos una capa de nata (crema de leche), colocamos una lámina de chocolate, y tapamos con otra capa de nata (crema de leche). Repetimos el proceso hasta acabar con una capa de nata (crema de leche), que será la base.
Dejaremos la tarta en el congelador unas 12h, o si podéis, durante toda la noche.
Desmoldamos tirando del papel film, lo retiramos, servimos, ¡y listo!
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