A Juan le encanta el red velvet, es de lo que más pide, y aunque su cumpleaños ya lo celebraramos unos días antes, el propio día no quería dejar de darle una sorpresa. Sobra decir que le encantó.
La receta del bizcocho se la tomé prestada a una de mis blogueras favoritas, Cristina. Es un bizcocho tan blandito y jugoso que no nos hace falta ni crema para disfrutarlo. Aunque si se la ponemos lo vestimos de fiesta y nos damos un homenaje.
INGREDIENTES:
Bizcocho: (utilicé la mitad de las cantidades de la receta de Cris)
1 huevo
125 gr. de harina
150 gr. de azúcar
1/2 cucharadita de vinagre
1/2 cucharada de cacao en polvo
125 gr. de aceite
1/2 cucharadita de bicarbonato
1 cucharadita de vainilla
125 gr. de buttermilk
1/2 cucharadita de sal
colorante rojoCrema:
100 gr. de queso crema
100 gr. de mantequilla
125 gr. de azúcar glasPREPARACIÓN:
Empezamos preparando el bizcocho. Si no tenemos buttermilk lo preparamos con 125 gr. de leche y media cucharada de vinagre o zumo de limón, removemos y dejamos reposar unos 10 minutos.
Tamizamos los ingredientes secos en el mismo bol: harina, azúcar, cacao, bicarbonato y sal. En otro bol los húmedos: huevo, vinagre, aceite, buttermilk y vainilla.
A continuación integramos los ingredientes húmedos sobre los secos poco a poco y por último añadimos el colorante hasta que tenga el color deseado. (Yo normalmente se lo añado antes a los ingredientes líquidos)
Vertemos en el molde escogido, en mi caso un molde cuadrado de 23 cm. y con el horno precalentado a 180º horneamos unos 20 minutos.
Dejamos enfriar sobre una rejilla.
Para la crema batimos el azúcar y la mantequilla hasta que esté blanda y cremosa. Añadimos el queso crema y batimos hasta integrar.
Para montar los mini cakes cortamos círculos de masa con ayuda de un cortapastas, con cuidado, que el bizcocho es muy blando. Cubrimos con crema y ponemos otro círculo de bizcocho. Terminamos con la crema. (Con los restos de bizcochos hice cuadraditos con un montoncito de crema, para comer de un bocado)