El risotto es un plato maravilloso pero tiene unos trucos que hay que conocer para que te salga un risotto de verdad.
En primer lugar un risotto debe quedar cremoso, nunca caldoso y esto se consigue añadiendo poco a poco el caldo, que debe estar siempre caliente para que no se pare la cocción. El risotto requiere removerlo casi contínuamente para liberar el almidón del arroz, es decir, si no tienes tiempo de estar dale que te pego a la cuchara de palo, mejor haces un arroz caldoso y dejas el risotto para otro día.
El arroz debe ser de calidad y los más recomendados son el carnaroli y el arborio porque contienen más almidón, aunque con un arroz normal de grano redondo también se puede hacer, pero ya que vamos a hacer un risotto como toca yo lo he hecho con arroz arborio de Gallo.
Los demás ingredientes son al gusto de cada uno, de verduras, de setas o champiñones, de marisco... Por último cuando ya está casi hecho se incorpora mantequilla y queso parmesano para darle el toque final.
Verás que he puesto en los ingredientes casi un litro de caldo de verduras pero me sobró casi un tercio, lo importante es que no te quedes sin caldo, en este caso mejor que sobre que quedarte corto y el caldo que sobra siempre se puede aprovechar para otras cosas.
He usado un frasco de setas variadas, con la ventaja de que ya están cocidas, pero lo puedes hacer con frescas o incluso congeladas, y en cualquiera de estos casos tendrás que cocinarlas antes de poner el arroz.
Vamos allá:
Ingredientes (2 personas):
- 200 gr. de arroz arborio
- 1 bote de setas variadas (200 gr.)
- 1/2 vasito de vino blanco
- caldo de verduras (ten a mano casi un litro), o de pollo
- 1 cebolleta
- 50 gr. de mantequilla
- aceite de oliva virgen extra
- 50 gr. de queso parmesano rallado (aproximadamente)
Elaboración:
1. En una sartén o cazuela (que no se pegue) pochamos la cebolleta picada hasta que esté transparente. Añadimos las setas, removemos un poco y vertemos el vino blanco. Dejamos unos minutos a fuego fuerte para que se evapore el alcohol.
En caso de utilizar setas frescas, champiñones, verduras o lo que vayas a ponerle las dejarás que se hagan antes de poner el arroz.
2. Una vez evaporado el alcohol del vino, bajamos el fuego (fuego medio) echamos el arroz y sofreímos un par de minutos. Yo le he puesto una pizca de sal en este punto, no mucha porque el caldo ya tiene.
3. A partir de ahora iremos incorporando el caldo poco a poco, echamos un cucharón o un poquito más, removemos con la cuchara y cuando veamos que lo ha consumido casi totalmente, añadiremos más caldo y así hasta el final. Recuerda que el caldo debe estar caliente así que lo mejor es que lo dejes al fuego en un cazo para que no se enfríe y no baje la temperatura del arroz cuando lo añadas.
4. Como habrás visto no te he puesto la cantidad de caldo porque hay que hacerlo a ojo. Vas comprobando el punto del arroz, que no debe pasarse en ningún caso pero tampoco debe quedar duro, así que poco a poco... vas probando y cuando veas que está hecho le añades la mantequilla y enseguida el queso rallado. Ten en cuenta que tardará en hacerse algo más que los 20 minutos de un arroz normal, así que con paciencia hasta que esté perfecto!
Sírvelo rápido, que no se enfríe y el que quiera le puede añadir más queso rallado.
¿Te apetece?