Sí, ya que se la salsa brava auténtica no se hace con tomate, pero es que esta versión mía no es más que un intento por salvar algo que iba a ser ketchup.
¿Os acordáis cuando hace unos días os hablé de mi domingo culinario fatídico?. Pues esta salsa surgió con la intención de ser ketchup para las hamburguesas. Lo que ocurrió es que ni el sabor ni la textura me parecieron apropiadas y decidimos que con unas patatas fritas y un poco de picante estaría muy bien.
La receta es una mezcla de la de ketchup casero de Martín Berasategui y esta que vi aquí.
INGREDIENTES:
Tomate maduro: 1 kg.
Cebolla: 1 y media.
Ajo: 1 diente pelado.
Aceite de oliva virgen extra: 1 y 1/2 cucharada.
Vinagre de sidra: 2 y 1/2 cucharadas.
Miel: 1/2 cucharada.
Comino: unos granos.
Pimienta: unos granos.
Sal.
Tabasco: 2 cucharaditas.
ELABORACIÓN
Lavamos los tomates y los secamos.
Retiramos el tallo y los troceamos.
Los colocamos en la Crock-Pot junto con la cebolla y cocinamos durante 1 hora en temperatura alta.
Sacamos el tomate y la cebolla de la olla y lo pasamos por el pasa-puré.
Metemos la salsa en la olla y añadimos el resto de los ingredientes, excepto el tabasco. Removemos.
Cocinamos durante 8 horas en temperatura baja con la Crock-Pot destapada.
Antes de sacar la salsa de la olla, añadimos el tabasco y removemos.