Ingredientes: 8 porciones
190 grs de mantequilla reblandecida
120 grs de azúcar moreno suave
unas gotas de extracto de vainilla
50 grs de avellanas tostadas y picadas
280 grs de harina
1 yema de huevo
azúcar para espolvorear
Elaboración:
Ponemos la mantequilla en un bol mediano con el azúcar moreno y batimos hasta que se mezcle.
Añadimos la vainilla junto con las avellanas, la harina y la yema de huevo y mezclamos todo bien. Es una masa un poco grumosa, por lo que la mejor manera de mezclar todos los ingredientes será aplastarlos en el bol con el dorso de una cuchara de madera hasta que se junten.
Disponemos la mezcla en un molde redondo de 20 cm. desmontable y que habremos engrasado y enharinado. Aplastamos con las manos para que quede una capa bien regular, y acabamos de alisarla con el dorso de una cuchara para obtener un acabado uniforme.
Para decorar el borde del shortbread nos ayudamos con las puntas de los dedos enharinados presionando hacia abajo todo el contorno para darle una forma rizada. Con un cuchillo marcamos ligeramente ocho porciones y con un tenedor pinchamos cada trozo tres veces, para darle el aspecto original del shortbread.
Ponemos en el congelador 15 minutos para que adquiera consistencia ( o en la nevera 30 minutos). Calentamos el horno a 180º.
Horneamos el shortbread 30 o 35 minutos.
El shortbread debe quedar firme y ligeramente dorado. Cuando esté listo, retiramos del horno y espolvoreamos con el azúcar. Dejamos enfriar dentro del molde unos minutos, desmoldamos con cuidado y ponemos a enfriar completamente sobre una rejilla. Cortamos las porciones por las marcas hechas previamente y ya está listo para una buena merienda.
Fuente: este post proviene de Hoy merendamos con Isabel, donde puedes consultar el contenido original.
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