Hace ya un buen tiempo que no cuelgo una receta de smoothies, ¿verdad?. Dado que es época de manzanas y granadas es el momento idóneo para hacer esta receta súper sencilla, bien rica y nutritiva.
Si además eres de los que te cuesta comer fruta a lo largo del día, los batidos y smoothies son tu mejor aliado para no saltarte tu ración diaria. Yo lo encuentro perfecto para empezar la mañana después de un vaso de agua templada con limón.
Éste smoothie contiene un aporte inmenso de vitaminas, minerales y fibra en tan solo unos sorbitos.
La remolacha goza de un alto contenido en hierro por lo que es muy recomendable añadirla a nuestra dieta en casos de anemia. Además conviene en caso de infecciones urinarias, y tiene propiedades depurativas para el hígado, los riñones y el intestino.
Por otro lado la granada tiene un altísimo poder antioxidante, antiinflamatorio, y evita la retención de líquidos. Y la manzana, qué decir de la manzana. Hay un dicho inglés que dice "one apple a day keeps de doctor away", que viene a decir que una manzana al día mantiene al médico en lejanía. Aunque obviamente no es milagrosa, sí que aporta un montón de beneficios ya que es diurética, regula el tránsito intestinal tanto en casos de estreñimiento como de diarrea, resulta perfecta para saciar el hambre, y un largo etcétera...
Para que quede bien cremoso yo prefiero sacar antes el zumo de las granadas y colarlo para quitar las pepitas. En cuanto a las manzanas, intento usarlas ecológicas para aprovechar la piel sabiendo que no lleva ceras, pesticidas y demás tóxicos.
No me digáis que no apetece y ¡con este color tan increíble! Ahí va la receta... ;)
RECETA DE SMOOTHIE DE REMOLACHA, MANZANA Y GRANADA
INGREDIENTES: (Para unos 3-4 smoothies)
1 remolacha cocida y pelada
2 granadas
5 manzanas rojas, descorazonadas
1 trozo de jengibre pelado
1/2 limón
Agua fría
PREPARACIÓN:
Haz zumo con las granadas, yo las trituro en la batidora y luego lo cuelo para usar el jugo sin tropezones. Limpia el vaso de la batidora y vierte el zumo.
Añade la remolacha, las manzanas, el jengibre rallado, el zumo de limón, y agua fría a tu gusto según lo quieras más o menos espeso. Yo empiezo con poca agua y voy añadiendo poco a poco.
Tritura a máxima potencia hasta conseguir una textura bien cremosa y sin grumos, añadiendo agua hasta alcanzar el espesor que desees, y ¡listo!