Rico en ácidos grasos de Omega 3, el salmón es un personaje protagonista en toda regla, sólo hace falta animarle o secundarle con una buena guarnición, un buen marinado, o como en este caso, de una sabrosa salsa. Aquí las alcaparras y la mostaza cobran protagonismo y se hacen con el poder. La mezcla casa a la perfección y logran que nuestro pez estrella catapulte su sabor hasta límites sólo conocidos por aquellos que tengan la suerte de probarlo. Poco más que añadir, si quieres una cena sorprendente, aquí tienes una opción. ¡Mandiles arriba!
Ingredientes (2 personas)
4 solomillos de salmón (scallopinis)
Sal, pimienta negra y aceite de oliva
Boruja, lechuga, espinacas... (para la guarnición)
Para la salsa
1 cebolleta y 1 diente de ajo
1 trocito de jengibre fresco
Vino blanco
2 cdas de alcaparras
Leche evaporada (1 vaso)
1 cda de Mostaza de Dijon
Caldo de pollo o verduras (1/2 vaso)
Eneldo fresco
Sal, pimienta negra molida y aceite de oliva
Tiempo
15 minutos
El salmón
Salpimentamos el salmón por ambas caras. Ponemos a calentar una sartén con un poquito de aceite (sin pasarnos, que el salmón es bastante graso) y hacemos el pescado. NOTA: Yo suelo calentar a fuego fuerte la sartén, luego lo bajo a la mitad y añado el salmón. La cosa está en que nos quede "medio hecho", dorado por fuera y rosadito por dentro. Con unos 3-4 minutos por cada lado bastará.
La salsa
Mientras el pescado lleva su ritmo nosotros vamos a darle caña a la salsa. Ponemos otra sartén al fuego con un par de cucharadas de aceite y añadimos la cebolleta y el diente de ajo picados. Sofreímos 1 minuto y añadimos el jengibre fresco picado.
Luego incorporamos el vino blanco, un "toque" de caldo de verduras o de pollo y la leche evaporada. Salpimentamos y dejamos cocer a fuego vivo 2 minutos para que coja cuerpo.
Por último añadimos las alcaparras, la cucharada de Mostaza de Dijon y el eneldo fresco. Removemos bien para mezclar los sabores y apartamos del fuego.
Sólo nos queda emplatar esta joya marítima. Disponemos los solomillos de pescado en el plato, regamos (trazando una línea perpendicular) con la salsa por encima y terminamos con una ensalada de boruja aliñada con sal, limón, pimienta blanca y aceite de oliva.
NOTA: Si quieres dar una nota de color al plato, puedes tostar una rodaja de limón en la sartén del pescado hasta que quede doradita. ¡Que aproveche, hitchcookian@s!
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