Receta para hacer soufflé de queso y hierbabuena
El soufflé es un plato de origen francés que se elabora tomando como base una bechamel ligera y claras de huevo a punto de nieve. Se suelen añadir numerosos ingredientes, tanto salados, como puede ser queso, champiñones, todo tipo de hortalizas, carnes, mariscos, etc, como ingredientes dulces, como en el caso del soufflé de chocolate.
Este plato conlleva la elaboración, en primer lugar, de una bechamel, y, poco antes de meter los ramequines al horno, se montan las claras de los huevos a punto de nieve. Ambos ingredientes dan lugar a un producto muy suave y esponjoso. Es un plato relativamente sencillo, que se prepara con ingredientes al alcance de todos los bolsillos.
Para obtener un buen resulato, es importante tener en cuenta una serie de recomendaciones. Podéis leer algunos consejos al respecto en nuestro artículo: cómo elaborar el soufflé perfecto.
Mis primeros soufflés fueron bastante decepcionantes, estaba dispuesto a conseguir una elaboración que se mantuviese álgida una vez fuera del horno. Sin embargo, no tardaría en comprender que el declive que acontece en el soufflé tras salir del horno forma parte de la naturaleza del mismo, y que, la única manera de que éste no baje demasiado, consiste en sacrificar una parte de su ligereza en pos de una masa más consistente. Sea como sea, como en el caso de muchos otros platos, la belleza del soufflé radica en su interior.Vídeo de la Receta
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Ingredientes [Para 4 personas]:
Huevo - 2 unidades
Mantequilla - 20 gramos
Harina de trigo - 20 gramos
Leche - 200 gramos
Queso rallado - 100 gramos
Hierbabuena - 1 cucharada grande
Cebollino - 1 cucharada pequeña
Sal - al gusto
Pimienta negra - al gustoElaboración de la Receta
Lo primero que vamos a hacer es preparar una bechamel, que será la base de esta receta. Comenzamos poniendo a calentar en una olla la mantequilla. Cuando ésta se funda, añadimos la harina y mezclamos. Cocinamos 2 ó 3 minutos para que la harina se cueza. En ese momento, vertemos la leche poco a poco al tiempo que no dejamos de remover. Cocinamos la crema hasta obtener que tanta una consistencia más bien ligera. Poco antes de acabar la cocción, añadimos la sal y la pimienta y mezclamos para que se repartan de manera uniforme por la salsa. Retiramos del fuego y pasamos la bechamel a un cuenco donde dejamos que se atempere.
Cogemos los huevos y separamos, en distintos recipientes, las claras de las yemas. Reservamos.
Picamos finamente las hojas de hierbabuena y cebollino, y las echamos en el cuenco donde tenemos la bechamel.
A continuación, rallamos el queso directamente en el cuenco.
Batimos las yemas ligeramente con la ayuda de una varilla manual y las vertemos en el cuenco. Mezclamos bien para que éstas se distribuyan de manera uniforme.
Antes de montar las claras, procedemos a engrasar con mantequilla los moldes de cerámica. Una vez engrasados, espolvoreamos por encima una capa de harina de trigo o harina de arroz.
Montamos las claras a punto de nieve. Lo podemos hacer como se ha hecho toda la vida, es decir, con un tenedor, o si queremos tirar de tecnología podemos hacer uso del accesorio de varilla de una batidora eléctrica. Independientemente de la técnica usada, lo importante es montar las claras a punto de nieve, para que aporten una buena esponjosidad a la preparación.
Calentamos el horno a 190ºC.
Una vez que tenemos las claras montadas, las vertemos en el cuenco con el resto de ingredientes. Con la ayuda de una espátula, mezclamos con movimientos envolventes con cuidado de no desgasificar la masa en exceso.
Con la ayuda de una cuchara, llenamos los moldes casi por completo y los ponemos sobre una bandeja para horno.
Llevamos la bandeja al horno y horneamos, a 190ºC, durante 20 minutos o hasta que la superficie del soufflé esté ligeramente dorada.
Retiramos del horno y servimos de inmediato.
Anotaciones y Consejos
Si no disponéis de hierbabuena, podéis sustituirla perfectamente por cualquier hierba que os apetezca, como puede ser perejil, menta, orégano, salvia, estragón, etc.
En cuanto al queso, sentíos igualmente libres de usar el que más os guste, o una mezcla de varios.
Los autores de algunas recetas señalan la importancia de meter los moldes a la nevera una vez enharinados y dejarlos unos minutos dentro para que se enfríen. Yo he probado a hacerlo de este modo, y sin meterlos, y no he notado diferencia alguna.