A la que encuentro fresas en el mercado se me van las manos y no puedo resistirme a comprar cajas y cajas. Las que llegan aquí vienen de Huelva y huelen desde las puertas del super, son dulces y deliciosas, les pongo azúcar por eso de cumplir con el expediente, pero es que no necesitan ni un gramo. Las de aquí también son buenísimas pero no hay hasta mediados de mayo. No hay cosa que nos guste más que ir a las granjas locales cargados con nuestras cestas y cajitas de madera para ir a recogerlas nosotros mismos. Es toda una experiencia y es divertidísimo además. Eso de poder escoger nosotros mismos y de paso ir catando no tiene precio. Comes cuatro y metes una fresa en la cesta, eso es un buen control de calidad jajajaja. Ir a buscar fresas es una de las actividades que hacemos siempre con los amigos, vamos a pasar la tarde, los niños se lo pasan genial y luego a casa a preparar pasteles y mermeladas. Recuerdo una ocasión que mi querida amiga Mercè y su madre vinieron a pasar unos días a casa y coincidió con la recogida de fresas, así que para la granja que me las llevé. Entre el paisaje, el día tan bonito que hacía y lo buenas que estaban las fresas pasamos una tarde alucinante. Mi amiga estaba inusualmente callada, allí de rodillas, con la melena tapándole la cara y como muy metida en faena escogiendo ...pensé yo que era toda una profesional jajajaja que equivocada estaba!! La tía tenía tantas fresas en la boca que se escondía para que nadie la viera!! Lo que pasa es que no cayó en la cuenta que los morros estaban del tono rouge de chanel de tantas que se había comido sin necesidad de pasarse el pinta labios!! Luego llegamos a casa y recuerdo que preparamos un streusel que nos supo a gloria. Normalmente también coincide con la recogida de cerezas y entonces es cuando yo me vuelvo loca. Es la fruta que más me gusta. Después de estar en el campo de fresas, te desplazas unos metro y vas a los cerezos. Te dan una cesta amarrada a un cinturón para que te lo cuelgues a la cintura y así facilitarte la recogida mientras estás subida a la escalera apoyada en los árboles. El secreto está en coger aquellas que estén en las ramas más altas. Acabas con los dedos rojos y manchas por todas partes pero un día en el campo, al aire libre y cogiendo fruta es de los mejores regalos de la vida. Y aunque reconozco que como las del Valle del Jerte no hay nada igual, las de aquí no están nada mal. Aún recuerdo cuando un día caminando para el supermercado me pareció ver una caja con el logo de cerezas del Jerte, me tuve que frotar los ojos un par de veces porque me parecía imposible, fue directa hacia allí y cual fue mi sorpresa al comprobar que no veía visiones, eran las cerezas de mi tierra!! Me abracé a ellas como Gollum del Señor de los Anillos hacía con el anillo y no hacía más que repetir, mi tesooooroooo mi tesoooorooooo. Me lleve tres cajas!!!
El problema de tener tanta fruta es que al final ya no sabes que receta hacer. Siempre estoy buscando por la red nuevas opciones y os tengo que decir que éste cake que os traigo hoy fue todo un descubrimiento. Voy a probarlo con cerezas, melocotones y ciruelas, y estoy segura que serán tan buenos como éste. Mi hija nunca come pasteles, da igual como sean o lo que lleven, no le gustan y punto. Pero con éste no fue así, ya solo con el glaseado me dijo que le gustaba y al abrirlo y ver las fresas me pidió un trozo, y poco a poco casi se comió medio pastel!! Mi marido aún alucina! Os voy a poner la receta tal cual la encontré en internet, pero yo usé una cantidad inferior de azúcar porque las fresas eran realmente dulces y no lo necesitaban. Pero ya se sabe que para gustos colores, probar la receta original y en función de vuestros gustos lo modificáis. Vamos encendiendo el horno? Vamos a cocinar!
INGREDIENTES
* 500g fresas
* 1/4 taza azúcar
* 1/4 taza de agua
* 1 cucharada de maizena
* 350g mantequilla
* 230g queso crema tipo philadelphia
* 3 tazas de azúcar
* 6 huevos
* 3 tazas de harina
* 1 sobre de levadura química
* 2 cucharaditas de extracto de vainilla
* 1/4 cucharadita de sal
* glaseado : 100g azúcar glass, 1-2 cucharadas de zumo de limón y colorante alimenticio rosa.
ELABORACIÓN
1. Preparar la compota de fresas- mezclar las fresas troceadas y limpias junto con el azúcar, el agua y la maizena en un cazo, cocerlo todo a fuego bajo mezclando constantemente hasta obtener una mezcla espesa. Dejar templar a temperatura ambiente antes de utilizarla.
2. Mientras batir el queso junto con la mantequilla un par de minutos, unir el azúcar, seguir batiendo otros 5 minutos más, unir los huevos de uno en uno, tamizar la harina e incorporar a la mezcla junto con la levadura, unir el extracto de vainilla y la sal, mezclar hasta integrar bien todos los ingredientes.
3. En un molde de cake previamente encamisado, verter 2/3 de la masa, esparcir por encima la compota de fresas, con una cuchara de madera mezclar las dos masas, cubrir con el resto de la masa de bizcocho. Hornear de 75- 90 minutos a 165°C. Comprobar la cocción pinchando con una puntilla, si sale limpio el cake está listo. Dejar templar antes de desmoldar.
4. Preparar el glaseado mezclando el azúcar glass con el zumo de limón y el colorante. Esparcir sobre el cake ya desmoldado.
Un cake fácil, bueno y diferente con el toque del queso crema. Perfecto para una merienda, desayuno o cuando a uno le entra el gusanillo de comer algo delicioso. Que os aproveche!!