Para cuatro comensales, necesitamos:
200 g de cous-cous de grano medio o grueso o una taza como medida estándar
Por el método rápido 1 taza de agua, si no, en una vaporera colocamos, agua con apio, puerro, zanahoria, canela en rama, comino, clavo, sal, jengibre en polvo, cardamomo, laurel, en las cantidades que nuestro olfato de por bueno.
Sal, Pimienta molida, limón al gusto
Un hilillo de aceite de oliva virgen extra
Un puñado de aceitunas negra de Aragón o de las que tengáis, pero que sepan
1 tomate maduro, pero entero y hermoso, cortado en daditos, y lavadito
1 Pimiento verde, lavado y picado en daditos
1 trozo de pimiento rojo cortado en daditos
1 cebolleta muy picadita
Queso feta al gusto
Perejil, cilantro y hierba buena al gusto y picadito. La hierba buena en mayor cantidad que las otra dos.
Unos arándanos secos
Esto es muy sencillo. Modo rápido. Ponemos a hervir el agua y cuando esto ocurra, vertemos sobre el cous-cous. Tapamos y dejamos reposar unos 5 minutos. Destapamos y añadimos un hilillo de aceite de oliva virgen extra y desmenuzamos con un tenedor, hasta que quede suelto.
Modo tradicional. En una vaporera, ponemos todos los ingredientes que dijimos antes y ponemos a hervir. En la maya de la misma colocamos una gasa, de las hospitalarias, limpia, claro está, para evitar que se nos cuele la sémola y le echamos el cous-cous.
Colocamos sobre el caldo hirviendo y tapamos. Dejamos unos 7 minutos. Destapamos, retiramos y desmenuzamos con las manos. Volvemos a poner. Así hasta que esté hecho. Unos 25 o 30 minutos, depende de la marca de la sémola. Desmenuzamos finalmente y dejamos enfriar.
Una vez la sémola fría, añadimos todos los ingredientes. Tiene que saber a limón, si no, pues no es un tabulé, pero el sabor ha de ser al gusto del que lo hace. Muy, muy fácil.
Y nada, solo deciros, que, besos a todas, besos a todos, muchos besos a, en fin. Besos, y ocupad vuestro tiempo en cosas bonitas e intentad ser felices. Es más fácil de lo que creemos.