La verdad, no recuerdo como se me ocurrió este plato. Lo que si se es que fue viendo un programa de cocina y que no tenía nada que ver con esta receta, tan solo el requesón. Al lío.
4 cuartos traseros de pollo deshuesados.
1,5 Kg de tomates maduros, pelados y cortados a gajos.
1 cebolla hermosa a daditos grandes
2 pimientos verdes a dados
½ pimiento rojo a dados grandes
3 ó 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
Sal y pimienta al gusto
150 g de requesón
Albahaca fresca picada. Según el consumidor, tamaño y cantidad
Un poco de azúcar para el tomate
1 hoja de laurel
Orégano fresco
Tomillo fresco, ¡Hay que tener macetitas de aromáticas en casa, hombre!
Hoy estoy espesito, a ver que sale de todo esto. Empezamos preparando la salsa de tomate. No es tomate frito, queremos encontrarnos los trozos de todo, incluso los de tomate y no ha de ser seca, sino todo lo contrario. Aceite de oliva virgen extra en un perolillo a fuego medio y cuando esté caliente ponemos la cebolla con un poco de sal, para que sude. 2 ó 3 minutos después, como diría un Peruano, tiramos los pimientos. Con su mijita de sal. Seguimos salteando. Buscamos verduras enteras, así que a los 2 minutos, añadimos los tomates. Salpimentamos, una o dos cucharaditas de azúcar, las hierbas y fuego lento.
Cuando tenga la pinta de la foto, paramos. No más. Es una salsa para mojar y que se moje bien el churrasco. Apagamos y reservamos
En una plancha, con fuego vivo, calentita y con un hilillo de aceite de oliva virgen extra, colocamos los churrascos por la parte de la piel, con sal y pimienta molida. Buscamos un punto crujiente y dorado de la piel, así que al menos 7 u 8 minutos. Volteamos y dejamos como 3 ó 4. Todo esto es relativo, depende del tamaño de la pieza, etc. Retiramos.
Mientras se iba haciendo el pollo hemos preparado el requesón. Lo colocamos en un plato, añadimos la albahaca, un hilillo de aceite de oliva virgen extra, pimienta molida y si es soso, un poquito de sal. Mezclamos y listo.
Ponemos en el fondo del plato la salsa de tomate, sobre ella, el pollo con la piel hacia arriba y sobre este, la crema de requesón, que se calentara con el calor del pollo. Y nuevamente la magia entró en mi cocina. Así que Besos a todas, besos a todos, besos a, en fin, besos, siempre muchos besos.