Esta entrada se la vamos a dedicar a Erika; que el otro día me comentó que no le acaba de salir esta tarta. De entre las tartas más sencillas que hay esta es una de ellas. No necesitamos de horno, no lleva mucho tiempo, no necesitamos moldes especiales y sólo mancharemos lo necesario en la cocina. Pero eso si, requiere su técnica. Se trata de una elaboración con 3 clases de chocolate con los que iremos haciendo capas, dejando un aspecto muy vistoso y apetecible. Algunas personas me han comentado que les ocurren algunos problemas a la hora de hacerla: Que si las capas no se le pegan unas a otras, que si las capas se disuelven entre ellas... No consiguiendo que les queden como ellos quieren. Desde esta entrada vamos a enseñaros como hacemos en casa esta tarta esperando que os sirva de ayuda.
Ingredientes:
750 ml de nata (crema de leche) para montar.
750 ml de leche.
100 g de azúcar.
150 g de chocolate blanco.
150 g de chocolate con leche.
150 g de chocolate negro.
3 sobres de cuajada.
1 paquete de galletas tostadas.
50 g de mantequilla.
Preparación:
Para la base de la tarta trituramos las galletas hasta convertirlas en polvo.
En el mismo recipiente le añadimos la mantequilla derretida y lo mezclamos bien.
Formamos la base de la tarta con la pasta de la galleta en el molde que queramos utilizar y lo reservamos.
Vamos a empezar por la capa de chocolate negro para que nos quede en la parte de abajo.
De los ingredientes separamos 250 ml de nata (crema de leche), 250 ml de leche , 70 gr. de azúcar, 1 sobre de cuajada y el chocolate negro.
En un recipiente ponemos la leche, le agregamos el sobrecito de la cuajada y removemos para disolverlo.
Le añadimos la nata (crema de leche), el chocolate negro y el azúcar.
Lo ponemos a fuego medio para que vaya calentando removiéndolo continuamente para que no se pegue.
Cuando rompa a hervir lo retiramos del fuego y lo vertemos en el molde donde la vayamos a preparar.
Ponemos el molde en la nevera durante 30 minutos para que enfríe.
Para la capa de chocolate con leche.
Separamos 250 ml de nata (crema de leche), 250 ml de leche, 1 sobre de cuajada, 30 g de azúcar y el chocolate con leche.
En un recipiente ponemos la leche y le agregamos el sobrecito de la cuajada y removemos para disolverlo.
Le añadimos la nata (crema de leche), el chocolate con leche y el azúcar.
Lo ponemos a fuego medio para que vaya calentando y no nos olvidaremos de removerlo a cada poco para que no se pegue.
Una vez rompa a hervir lo retiramos del fuego.
Sacamos de la nevera el molde que tiene la capa de chocolate negro y con un tenedor rascaremos un poco la superficie para que la siguiente capa se pegue bien y no tengamos problemas de que se suelten o se desplacen cuando la desmoldemos.
Vertemos nuestra preparación caliente sobre la capa de chocolate negro ayudándonos de un cucharón dado la vuelta haciendo que vaya cayendo la mezcla caliente del chocolate con leche sobre esta parte convexa y no haga un agujero en la capa de abajo.
Ponemos nuevamente nuestro molde en la nevera durante 30 minutos.
Por último vamos a elaborar la capa de chocolate blanco utilizando los ingredientes restantes.
250 ml de nata (crema de leche) , 250 ml de leche, 1 sobre de cuajada y el chocolate blanco.
En un recipiente vamos a mezclar el sobre de cuajada con la leche y removemos para que se disuelva.
Le añadimos la nata (crema de leche), el chocolate blanco y lo ponemos a calentar a fuego medio sin dejar de remover para que no se pegue.
Cuando rompa a hervir lo retiramos del fuego y lo vertemos sobre la capa de chocolate con leche que previamente habremos rascado su superficie con un tenedor y esta vez también nos ayudaremos de una cuchara dejando deslizar la crema del chocolate blanco sobre su parte convexa para que caiga con mas suavidad no se estropee la capa inferior.
Dejamos reposar en la nevera durante un par de horas y ya podremos desmoldarla.
Fuente: este post proviene de Dulces, tartas y otras historias, donde puedes consultar el contenido original.
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