Tenía muchas ganas de hacer esta tarta tan colorida. Así que, qué mejor ocasión que el noveno cumpleaños de mi hija Lucía. Sabía que era difícil crear una combinación de colores tan variados y que quedara perfecta pero me conformaba con que quedara decente. Pues bien creo que para ser la primera ha quedado bastante bien. Es difícil que las migas de colores no se mezclen en el buttercream blanco al cortar la tarta pero no hace falta que quede impoluta. Lo que sí he querido controlar es la combinación de colores, no la he hecho al azar. Como veis los colores forman una escalera.
Y es que la cromoterapia funciona. Sólo con ver el corte de la Tarta Arcoiris te entra un yo qué sé y un qué sé yo que te sube el ánimo al instante. Sólo me gusta usar colorantes en ocasiones especiales, y esta, bien lo merecía. No hay nada más bonito en una fiesta de cumpleaños infantil que los colores.
Este es un pastel típico americano para cumpleaños y celebraciones que siempre triunfa entre los niños, y sorprende a los mayores. Sobre todo si la decoración exterior es sencilla y no invita a pensar que esconde una explosión de colores en su interior. Los niños se quedan con la boca abierta y mi hija y sus amigas no fueron menos. Ahora vamos con la parte técnica.
Para hacer esta tarta he utilizado un bizcocho clásico, el Victoria, que nunca me falla. Tiene el sabor, el aroma, la textura, y la esponjosidad perfectas y aguanta lo que le echen. En esta ocasión he utilizado margarina Stork® para hacer los bizcochos, es la que utilizan los ingleses. Siempre lo hago con mantequilla pero esta vez con la marca inglesa yo diría que ha quedado más esponjoso si cabe. Es de esos bizcochos que quedan muy planos después del horneado. Sólo he tenido que retirar esa capa superior a modo de lámina para asegurarme de que quedaban todos bien igualados y con un color uniforme. Básicamente porque cuando horneas bizcochos de colores, por acción del calor, la superficie no queda coloreada igual que el interior. El azul puede quedar verdoso en la parte superior, el amarillo anaranjado, … Pero se soluciona quitando ese par de milímetros para comprobar que los colores vivos siguen ahí.
La receta del bizcocho Victoria la podéis encontrar aquí. He duplicado la cantidad de los ingredientes para obtener 5 bizcochos de 18 cm de diámetro y 2,3 cm de altura. En total he obtenido 1.660 gr de masa de bizcocho que he repartido en 5 boles con 332 gr de masa cada uno y he tintado utilizando los colorantes de Wilton en gel, 1/2 cucharadita o TSP para cada color.
El resultado es de un color tan vivo que parece una imagen saturada pero no lo es, salen así de bonitos. La receta de la buttercream de queso Philadelphia la podéis encontrar aquí. Lo único que no he añadido esta vez es la ralladura de naranja pero podéis, si queréis, añadir algún aroma que no coloree la crema. También podéis elegir las recetas de vuestro propio repertorio y utilizar de este humilde blog sólo el montaje. Ahí va el paso a paso de la tarta damero arcoiris:
Primero preparamos la masa del bizcocho, pesamos el total y dividimos en boles en partes iguales. Añadimos 1/2 TSP de nuestros colorantes elegidos, en mi caso: rojo, amarillo, naranja, azul y verde de Wilton en gel. Una vez horneados y fríos yo los dejo reposar hasta el día siguiente envueltos en film, también los podéis congelar y tenerlos listos con antelación. Los igualamos con la ayuda de una lira midiendo la altura con una regla, que queden bien nivelados.
En mi caso cada bizcocho lo he cortado haciendo círculos concéntricos, sólo dos cortes, a sabiendas de que los cuadradillos iban a quedar un pelín rectangulares. Me explico, si la altura del bizcocho era de 2,3 cm cada corte del bizcocho debería tener 2,3 cm de ancho (pero en mi caso eran exactamente 3,1 cm). Si no, quedan muchos círculos y el riesgo de que todo se desmorone al cortar la tarta es mayor. Tenedlo en cuenta si queréis que cada cubo tenga el lado igual en todas sus aristas. Matemática pura. Lo importante en esta tarta, para mí, es que queden bien alineados los cubos independientemente de que coincida el alto con el ancho. Ahora, si lo que queréis hacer es un cubo de Rubik este pequeño detalle sería importante ¿verdad?.
El corte hay que hacerlo bien perpendicular a la superficie, con un cortador o algún bol que mida lo que nos interesa. Una vez cortados en tres porciones todos los bizcochos los mezclamos según la combinación que queramos de colores. En mi caso los cubos forman una escalera tal que así:
La parte izquierda queda simétrica a la dcha, como un espejo.
Podéis crear vuestra propia combinación de colores.
Partiendo del color del aro del bizcocho exterior del círculo, los coloqué así: 1º Naranja, 2º Azul, 3º Rojo, 4º Amarillo, 5º Verde. Sólo tenéis que ver las fotos de arriba para ver el resto de círculos interiores.
Ponemos una capa de buttercream entre capa y capa de bizcocho y una capa de cubremigas por fuera, 1h a la nevera y …
Volvemos a cubrir hasta lograr el acabado deseado, yo esta vez lo he hecho liso.
Unos sprinkles, non-pareils o adornos de azúcar comestibles y unos banderines.
Y os queda una tarta sencilla por fuera, con sorpresa dentro.
Sencillez en la mesa.
Hasta el momento de cortar la tarta.
Las peques del cumple estaban ansiosas de tarta y no me dejaron ni retirar las migas caídas durante el corte!!!!!
Queda de lo más colorida.
En este corte se aprecia muy bien el efecto escalera.
Si queréis dejar a alguien boquiabierto al ver el interior, esta es vuestra tarta.
Si no doy señales de vida el resto de mes no os preocupéis, es que estoy de nuevo “macaroneando” con Belén de Cupcakes a Gogó haciendo el curso de Macarons avanzado, Le Must.
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