La tarta Opera es un postre francés muy típico y es además una delicia para el paladar. Los postres de chocolate siempre son bien recibidos por todo el mundo, lo cual los hace ideales para llevarlos a un cumpleaños o fiesta ya que harán las delicias de todos. En este caso, se trata de una tarta para degustar en ocasiones especiales, para esos momentos en que nos permitimos el lujo de saltarnos la dieta.
Para hacer esta tarta Opera casera usaremos un bizocho Genovés, que como os comenté es bastante flexible y muy adaptable a cualquier tipo de montaje. En esta ocasión usaremos la misma receta del bizcocho de almendras pero haremos el doble de la masa para que nos salgan dos bizcochos. Y después los cortaremos para realizar la tarta por capas. El tamaño final será la mitad de una bandeja de horno con cuatro capas de bizcocho y nos cundirá para unas 8 o 10 porciones.
Lo más práctico es que preparemos los bizcochos con antelación, ya que se mantienen perfectamente bien durante varios días si los guardamos en la nevera y en el congelador durante un mes. Tendremos que preparar 4 cosas para ir untándolas en las diferentes capas, así que lo vamos a preparar todo por separado y cuando lo tengamos lo montaremos.
Veamos qué cosas necesitamos tener a mano:
1 bol
1 plato
1 báscula de cocina
1 cuchillo afilado
1 batidora eléctrica
1 bandeja de horno
1 colador
1 espátula de silicona
1 pincel
Papel para hornear
1 plato o bol pequeño
1 cazuela pequeña
1 vaso
1 cuchara grande
1 cuchara pequeña
Y ahora los ingredientes separados por componente:
Para los bizcochos:
6 claras de huevo a temperatura ambiente
30 gr de azúcar blanco
226 gr de azúcar glass (podemos usar el azúcar glass casero)
226 gr de almendras blancas molidas (se pueden comprar así o molerlas con un molinillo de café)
6 huevos grandes
70 gr de harina
44 gr de mantequilla sin sal
Un poco de mantequilla para untar
Para la cobertura de chocolate:
28 gr de mantequilla
170gr de chocolate negro
Para el jarabe de café:
250 ml de agua
100 gr de azúcar
45 gr de café instantáneo en polvo
Para el ganache de chocolate:
250 l de nata (crema de leche) para montar
250 grs de chocolate negro para fundir
25 grs de mantequilla
42 ml de ron
Para la crema de mantequilla de café:
2 cucharadas (10 gramos) de café espresso o café instantáneo
2 cucharadas (15 gramos) de agua hirviendo
6 yemas de huevo a temperatura ambiente
30 gr de agua
100 gr de azúcar
450 gr de mantequilla sin sal
¼ de vaina de vainilla
Preparamos los bizcochos tal como hicimos en el artículo anterior, pero como os comentaba haremos dos. Ponemos una cazuela al fuego y agregamos los ingredientes del jarabe de café, calentamos hasta que el azúcar se disuelva. Luego dejamos enfriar y reservamos en refrigerador hasta que vayamos a usarlo.
A continuación vamos con la crema de mantequilla de café. Calentamos el agua y añadimos el café para que se disuelva y reservamos. Después separamos las claras de las yemas, ya vimos un método divertido en un artículo anterior de 2 manos en 1 bol cuando aprendimos a preparar natillas caseras, donde también os comenté otros usos para las claras sobrantes. Batimos las yemas hasta obtener un tono amarillo claro. Calentamos el azúcar, la pasta de la vaina de vainilla y el agua hasta que hierva y lo dejamos un minuto más (unos 124º si tenéis termómetro de cocina), vertemos el jarabe resultante sobre las yemas batidas poco a poco y volvemos a batir el conjunto hasta que se mezcle bien y se enfríe. En ese momento añadimos la mantequilla que debe estar ablandada a temperatura ambiente o en el microondas. Seguimos batiendo hasta obtener una consistencia como en la foto
Esta crema se puede guardar 3 o 4 días en el refrigerador y hasta un mes en el congelador.
Ahora vamos con el ganache de chocolate, este ganache es una mezcla al 50% de chocolate y nata (crema de leche) como ya hicimos para nuestras trufas navideñas. Así que hervimos la nata (crema de leche) y cuando haga burbujitas apagamos el fuego y agregamos los trozos de chocolate
Añadimos la mantequilla y el ron y removemos bien con una cuchara hasta obtener la consistencia de la foto
Este ganache también se puede refrigerar hasta 4 días o congelar un mes. Para untarlo en el pastel, al igual que la crema de mantequilla de café, deberá estar a temperatura ambiente.
En este momento procedemos al montaje del pastel. Para ello partimos cada bizcocho en dos partes de manera que tendremos cuatro bases de tarta. Colocamos la primera base sobre el plato que usaremos para servirlo. Remojamos generosamente con el jarabe de café ayudándonos de un pincel y untamos un tercio de la crema de mantequilla de café usando una espátula o cuchillo.
Ponemos la siguiente capa de bizcocho, remojamos de nuevo con el jarabe y untamos el ganache de chocolate.
De nuevo ponemos otra capa de pastel y remojamos con el jarabe. Untamos con la crema de mantequilla y añadimos otra capa de bizcocho. Volvemos a pincelar con el jarabe y agregamos la última capa de crema de mantequilla, también se puede poner otra capa de chocolate en lugar de tanta crema de mantequilla, eso ya a gusto de cada uno. En este momento reservamos la tarta en la nevera, mientras preparamos la cobertura de chocolate. Para ello lo más rápido es usar el microondas, ponemos el chocolate en el bol o plato pequeño y le vamos dando vueltas hasta que se derrita. Añadimos la mantequilla ya ablandada a temperatura ambiente o usando también el microondas unos segundos. Mezclamos bien hasta obtener una cobertura brillante, calentamos un cuchillo bajo el grifo de agua caliente y lo secamos. Entonces sacamos el pastel y vertemos la cobertura por encima ayudándonos del cuchillo templado para extenderlo bien. Esperamos 10 minutos mientras se enfría el chocolate a temperatura ambiente. Volvemos a sumergir el cuchillo bajo el grifo y lo secamos, para que esté templado. Cortamos los bordes del pastel para que quede perfecto, estos restos de tarta los aprovecharemos para darnos un gusto en el desayuno. Ahora es el momento de decorar el pastel con lo que se os ocurra, lo clásico es poner trocitos de oro comestible en láminas pero como es bastante caro os aconsejo bolitas de plata, flores comestibles, barquillos, etc, cosas que se pueden encontrar en cualquier supermercado y quedan muy bonitas. Ya podemos guardar nuestra tarta Opera en la nevera durante un par de días si fuera necesario, la sacaremos una hora antes de servir. Para cortarla en porciones, podéis usar el truco de climatizar el cuchillo ya veréis que se corta sin problemas.
Aunque el artículo ha salido un poco largo, ya veis que el proceso no es complicado y será mejor si preparamos las cosas en días distintos y sin prisas, así cuando llegue el momento del montaje, resultará todo mucho más rápido. Que lo disfrutéis y feliz semana!