¡Qué vistosa me ha quedado esta tarta! ¡Y qué rica! Porque es cierto que comemos con los ojos, como se dice popularmente, pero si es bonito pero no está bueno no sirve de nada.
Y esta tarta además de bonita es buena y si queréis meter otra "b" más, también es barata, ya que cunde mucho y pueden comer perfectamente 10 o 12 personas.
La llevé a la comida familiar, ya sabéis que soy la encargada oficial de los dulces, y triunfé, porque tanto a chicos como a mayores les encantó. Espero que también os guste a vosotros.
INGREDIENTES:
Base:
200 gr de galletas (del tipo que mas nos guste)
80 gr de mantequilla fundida.
Capa de chocolate blanco:
150 gr de chocolate blanco.
1/2 litro de leche desnatada.
1 sobre de cuajada.
Capa de fresa:
1 sobre de gelatina de fresa
300 ml de agua
50 gr de azúcar.
1 tarrina de queso crema (250 gr)
250 ml de leche
Para adornar;
bolitas de chocolate blanco, fresas, etc
PREPARACIÓN:
Trituramos las galletas 15 segundos a velocidad 5-10.
Agregamos la mantequilla y mezclamos 15 segundos a velocidad 4.
Echamos esta mezcla en un molde desmoldable, cuya base estará previamente forrada con papel vegetal. Aplastamos bien, para que cubra todo el molde. Metemos el molde en el congelador o en la nevera por lo menos media hora.
Lavamos el vaso y trituramos el chocolate blanco, 5 segundos a velocidad 7-10.
Le añadimos 500 ml de leche, un sobre de cuajada. Programamos 5 minutos, 90º, velocidad 3.
Vertemos la mezcla sobre la base de galletas con cuidado y dejamos enfriar en la nevera hasta que cuaje, unos 15 minutos.
Comenzamos a preparar la capa de fresa poniendo a calentar en el vaso de la thermomix 150 ml de agua 2 minutos a temperatura varoma y velocidad 2.
Cuando esté caliente añadimos el sobre de gelatina y los 150 ml de agua restantes. Removemos 10 segundos a velocidad 3.
Agregamos el queso crema, la leche y el azúcar y batimos todo 20 segundos a velocidad 3.
Sacamos la tarta con la capa de chocolate blanco que teníamos en la nevera y con un tenedor le hacemos unas muescas en la superficie para que agarre la segunda capa.
Vertemos encima la capa de fresa con mucho cuidado, es conveniente hacerlo sobre un cucharón para que no caiga directamente y pueda romper la capa blanca. Dejamos enfriar y guardamos en la nevera unas horas. Mejor de un día para otro.
Antes de servir adornamos con bolitas de chocolate blanco o fresas naturales cortadas.
Empezamos con la base, trituramos las galletas.
Las mezclamos con la mantequilla fundida.
Y con la pasta forramos un molde desmoldable. El mío era de unos 24 centímetros.
Ahora vamos con la primera capa, trituramos el chocolate blanco.
¡Listo!
Añadimos la leche y la cuajada y dejamos que cueza.
Echamos la capa sobre la base de galletas. A la nevera.
Vamos con la segunda capa. Ponemos agua a hervir.
Añadimos el sobre de gelatina de fresa.
La leche.
Y el queso crema y el azúcar. Mezclamos bien.
Sacamos la tarta y comprobamos que la primera capa ya está cuajada. Le hacemos unas muescas para que agarre bien la segunda capa.
Vertemos la capa de fresa y dejamos cuajar en la nevera. Esta clase de tartas es mejor hacerlas con antelación.
Y al desmoldar la adornamos a nuestro gusto. Yo he puesto bolitas de chocolate blanco y una fresa en el centro.
Es una tarta dulce sin ser empalagosa, suave y muy bonita, ¿no os parece?