Estrenamos el 2017 con un reto de lo más "calentito", y es que con el frío que hace parece que este mes el Reto "Alfabeto Dulce" llega con aires tropicales. Un mes de enero que se está acabando pero que nos ha dejado lluvias, frío, nieve y temporales en toda España.
Debe ser por eso y para compensar tanto frío, que mis compañeras Lidia del blog Glace Moka y Bea del blog Sweet Cookies by Bea, han elegido dos ingredientes de lo más caribeños. Este mes nuestros postres tienen un gusto la mar de exótico porque los ingredientes elegidos son el coco y el ron.
No puede ser una combinación más acertada, o al menos a mi me lo parece. Además de que ambos forman un tándem perfecto para preparar deliciosos cócteles, también son ingredientes principales de postres clásicos.
En realidad los cocos son frutos no comestibles, lo que es comestible es su semilla. Los cocos que aún tienen su cáscara verde no se utilizan para cocinar y se les llama cocos inmaduros. En su parte central tienen una pulpa gelatinosa, parecida al melón y que se puede comer y su semilla está llena de la famosa agua de coco. Yo he probado el agua de coco directamente de la semilla en alguno de mis viajes al Caribe y también en Indonesia, donde con una caña que tenía atado un machete en su extremo y adentrándonos en plena selva tropical, nos dedicamos a recolectar cocos. Sí, sí, como lo estáis leyendo.
Cuando el coco madura, se le quita la piel y el recubrimiento fibroso que no es comestible hasta llegar a la característica vellosa cáscara marrón. La mayor parte de agua se transforma en pulpa y en su interior sólo se conserva un poco de agua para que ésta no se seque. Así que lo que yo pensaba que era el fruto de la palmera, el coco propiamente dicho, es en realidad, su semilla.
Por cierto, no sé si sabéis que en los hoteles o en las zonas urbanizadas en las que hay gran cantidad de palmeras es muy común que los jardineros estén continuamente pendientes de los cocos maduros que están a punto de caer de las palmeras, y los arranquen, porque es bastante peligroso que le caigan a alguien en la cabeza.
Y es de esta semilla de donde se obtiene el coco rallado, rebanando la pulpa blanca, tostándola y rallándola después y la leche o crema de coco que podemos conseguirla cocinando la pulpa y el líquido juntos.
En cuanto al ron, algunos dicen que sus orígenes datan de la Antigua Grecia, aunque la primera destilación de ron tuvo lugar en las plantaciones de caña de azúcar del Caribe. Es una bebida alcohólica que se obtiene de la destilación de las melazas de la caña de azúcar. Alcanza los 80º de graduación alcohólica pero posteriormente se rebaja con agua. Normalmente se añeja en barricas de roble y posteriormente se combina con otros rones de diferente añejamiento para obtener un determinado producto.
Existen diferentes tipos de ron como el blanco (ron claro, seco y ligero), el dorado (similar al blanco pero con un proceso mayor de añejamiento y sin filtración), el negro (ron pesado y con mucho cuerpo), con especias (mezclados con diferentes extractos para darles sabor) o el "premium" (el proceso de añejamiento y mezcla es el máximo en cuanto a calidad se refiere).
Pues bien, ya tenemos los ingredientes, así que vamos a ponernos manos a la obra. Después de descartar varios postres que en un principio tenía en mente, me he decidido por esta tarta de crema de coco al ron, que enseguida os cuento cómo he preparado.
INGREDIENTES
Para la masa
100 gr. de mantequilla (en cubitos)
200 gr. de harina
25 ml. de agua
2 yemas de huevo
60 gr. de azúcar glacé
Para el relleno
250 ml. de leche de coco
75 gr. de azúcar
4 cucharadas de ron
1 cucharadita de extracto de vainilla
2 yemas de huevo
25 gr. de Maizena
Para la decoración
Ti´s de coco (coco rallado)
Physalis
ELABORACIÓN
Primero vamos a preparar la masa de la tartaleta. Para ello en un recipiente batimos las yemas con el azúcar hasta que blanqueen. Añadimos el agua y mezclamos bien.
Añadimos la harina y la mantequilla cortada en cubitos y amasamos con la mano hasta que los ingredientes de la masa estén completamente integrados. Formamos una bola con la masa y la envolvemos en papel film. Refrigeramos 45 minutos.
Precalentamos el horno a 170º C.
Para preparar la crema de coco, calentamos la leche de coco en un cazo.
Mezclamos las yemas de huevo, con el azúcar, la vainilla, el ron y la Maizena. Reservamos.
Cuando la leche comienza a hervir, retiramos del fuego y añadimos la mezcla de las yemas y revolvemos con unas varillas. Llevamos al fuego y seguimos revolviendo hasta que espese.
Espolvoreamos la mesa con harina y estiramos la masa con un rodillo. Engrasamos un molde rectangular rizado desmontable y lo cubrimos con la masa presionamos sobre el fondo y los laterales y cortamos la masa restante pasando el rodillo por encima para que se corte.
Vertemos la crema de coco sobre la masa y horneamos de 30 a 35 minutos.
Dejamos que se enfríe a temperatura ambiente. Decoramos con coco rallado y unos physalis.
También podemos adornar montando la leche de coco a punto de nieve con ayuda de unas varillas y haciendo unas rosetas con una manga pastelera.
Como ya os decía, una combinación perfecta la del ron y el coco. También es verdad que no a todo el mundo le gusta el sabor suave, dulce y exótico del coco. A mi me encanta y lo he utilizado en otras ocasiones como en este pie de lima y coco que preparé hace un año o estos bizcochitos de coco y gelatina de grosellas, en los que el dulzor del coco contrarresta la acidez de las grosellas o también en estos smoothie bowls, ideales para un desayuno de lo más saludable.
Y ¿qué más deciros? Que estoy deseando ver ya el resto de propuestas que han preparado mis compañeras de reto y que como siempre, me dejarán encantada. Algunas ya las he visto y ciertamente son magníficas.