Esta es de esas tartas perfecta para improvisar un poco, o sin improvisar, para hacerla en un momento ya que más fácil de hacer no puede ser. El único secreto está en conseguir unos buenos sobaos porque son realmente el alma de esta tarta, ya que la cuajada no tiene mucho sabor de por si.
He tenido la suerte de contar además con unos sobaos de categoría, ya que entre otras cosas acaban de otorgarles un reconocimiento internacional al recibir el premio Great Taste Awards 2014, celebrado en Gran Bretaña. Los Sobaos Pasiegos de Casa Ibáñez han obtenido la puntuación máxima en cata, superior al 90%, "Sabor excepcional". Así que imaginaros lo excepcional también del sabor de esta tarta. Además lo que me ha encantado también es que cualquiera puede hacerla y quedarle siempre muy bien
INGREDIENTES:
10 sobaos pequeños o 5 grandes
1 l. de leche
100 gr. de azúcar
2 sobres de cuajada
Para el caramelo:
100 gr. de azúcar
ELABORACIÓN:
Comenzamos haciendo el caramelo para dejar que se enfríe mientras preparamos la tarta y para ello pondremos el azúcar en un cazo a fuego medio-alto e iremos removiendo hasta conseguir que el azúcar se disuelva y adquiera un tono tostado, pero sin llegar a quemarse.
Vertemos el caramelo sobre el molde que vayamos a utilizar para la tarta y lo distribuimos por toda la base y un poco también por los laterales. Reservamos.
En un bol mezclamos 250 ml. de leche con los dos sobres de cuajada y removemos bien hasta que se haya disuelto completamente.
En otro cazo llevamos a ebullición el resto de la leche con el azúcar. Cuando rompa a hervir, retiramos el cazo del fuego y añadimos la mezcla de leche y cuajada y removemos constantemente hasta que se integren bien todos los ingredientes.
Vertemos la mezcla anterior sobre el molde que teníamos reservado y dejamos que se enfríe a temperatura ambiente. Tapamos la tarta con film transparente y la introducimos en la nevera durante 1 hora aproximadamente.
Sacamos el molde de la nevera y vamos colocando encima los sobaos, cuidando de que quede toda la superficie cubierta con ellos. Si fuera necesario recortaremos algunos sobaos para rellenar los huecos sobrantes, si es que los hubiera.
Volvemos a tapar la tarta con film transparente y la dejamos reposar nuevamente en la nevera durante 12 horas aproximadamente. Te recomiendo que hagas la tarta el día anterior a ir a comerla.
Desmoldamos con cuidado la tarta sobre una fuente, tomando la precaución de poner los sobaos como base de la tarta.
ALGUNAS ACLARACIONES:
Puedes espolvorear por encima como he hecho yo, algún trocito rallado de los sobaos que recortaste o también puedes ponerle algunas nueces.