Esta receta me la dijo mi amiga Susana que la había visto en Internet pero en vez de nata (crema de leche) quesitos y las dos pensamos lo mismo si echamos quesitos no va a saber a horchata, así que hice la prueba con nata (crema de leche) y quedo de vicio ¡¡que rica madre mía!!. También deciros que la hice para mi cumpleaños que fue el día 19, ya soy un año mas viejita jajajaja.
Y no podía falta en mi cumpleaños la colaboración de La Pajarita. en esta ocasión he utilizado Manteles de papel 100×100 Claudi. Los manteles de papel Gama Claudia aportan un aire distintivo al local donde se coloquen. Disponibles en azul o en burdeos, estos manteles aportarán un diseño clásico pero renovado a tu negocio. Un elemento decorativo que gusta a los restaurantes y a los consumidores. La pena que me olvide de hacer foto a la mesa con lo bonita que la puse, pero la vuelvo a preparar y os pongo una foto, para que veáis que bonitos quedan los manteles con sus servilletas.
INGREDIENTES:
1 litro de horchata
400 ml de nata (crema de leche)
4 sobres de cuajada
3 cucharadas rasas de stevia
canela para decorar
7 tortitas
PREPARACIÓN:
En un molde desmontable ponemos en la base papel de horno y cubrimos todo el papel con las tortitas. Como en la foto.
Echamos en un vaso horchata y el resto junto con la nata (crema de leche) en una cazuela, ponemos el fuego medio fuerte.
Mientras que hierve, echamos en el vaso los 4 sobres de cuajada y mezclamos con la horchata hasta que no queden grumos.
Cuando veamos que empieza a hervir echamos lo del vaso y removemos bien. Cuando vuelva a empezar a hervir apagamos el fuego, esperamos que se enfrié un poquito y lo echamos en el molde. Las tortitas subirán para arriba pero no pasa nada. Metemos en el frigorífico. Lo haremos de un día para otro.
Al día siguiente abrimos el molde y quitamos las paredes, para que las tortitas queden abajo le damos la vuelta con un plato (igual que la tortilla de patatas).
Cuando le hayamos dado la vuelta le quitamos el papel y espolvoreamos canela. Volvemos a meter nuestra tarta en el frigorífico hasta la hora de comerla.