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10 años de Dulces Diabéticos
Pues sí, después de estos días de tormenta (estrés, vaya), llega la calma, y la aprovecho para compartir esto con vosotros, que me hacía muchísima ilusión. Parece que fue ayer cuando empecé este proyectito en la universidad, con amigos a los que aún guardo un especial cariño, y buscando ayudar a mi papi con su diabetes.Y de repente, ¡BAM! 10 años han pasado. 10 añazos
No sabéis lo contenta de estoy de que haya salido tan bonito. Mucho más grande de lo que yo esperaba, mucho más importante para mí de lo que esperaba. Cuando tengo un día pocho (que todos los tenemos), miro mi perfil de Instagram, leo comentarios, intento resolver algunas dudas, y se me pasa. Es tan cálido, tan agradable, que os juro que, aunque no lo arregla todo, me ayuda muchísimo
De verdad, sé que a veces navegamos en las redes sin más, como si no hubiera nada ni nadie al otro lado, pero creedme cuando os digo que TODOS vosotros habéis tenido un impacto REAL en la vida de alguien – la mía.
La tarta de panna cotta
No se me ocurre una manera mejor de celebrar estos 10 años que haciendo un pastel de mi postre favorito. La panna cotta, cuyo nombre significa nata (crema de leche) cocida en italiano, es un postre tradicional del norte de Italia que ha conquistado paladares en todo el mundo. Su textura sedosa y su sabor suave y cremoso la convierten en un final perfecto para cualquier comida. Tradicionalmente, se elabora con nata (crema de leche), azúcar y gelatina, y se suele servir con frutas frescas o coulis. En esta receta, vamos a transformar este clásico en una tarta, manteniendo su esencia pero dándole un giro moderno y atractivo, y por supuesto, sin azúcar.
Ver la receta de panna cotta sin azúcar
Esta tarta de panna cotta conserva la simplicidad y elegancia del postre original, pero con una presentación que impresiona. Al convertirla en tarta, añadimos una capa extra de gelatina de fresas natural en el interior, que no solo aporta un contraste de sabor, sino que también añade un toque de color vibrante y frescura. Este toque especial hará que vuestra tarta destaque en cualquier mesa y deje a todos vuestros invitados maravillados.
Una tarta súper bonita ¡y súper sencilla!
A pesar de su apariencia sofisticada, esta tarta de panna cotta con gelatina de fresas es sorprendentemente fácil de preparar. Son sólo dos elaboraciones (la panna cotta y la gelatina de fresa), y además son súper sencillas y rápidas de hacer.Lo único que sí que es importante es respetar los tiempos de enfriado. El ingrediente que va a permitirnos tener unas texturas perfectas en esta tarta es la gelatina. La gelatina actúa cuando se enfría, es decir, que el postre coge consistencia cuando baja su temperatura. Por eso, para poder preparar la tarta, lo que tenemos que controlar es que esté todo a la temperatura adecuada.
El proceso, que tenéis también en las instrucciones de la receta, sería este:
Preparar la gelatina de fresa, y congelarla.
Preparar la panna cotta, y dejar atemperar.
Verter 2/3 en el molde forrado, y dejar enfríar 30min en la nevera. Mantener el otro 1/3 a temperatura ambiente, removiendo de vez en cuando.
Retirar el telillo si se ha formado, colocar la gelatina congelada en medio, centrada.
Verter el resto de la masa para cubrir la gelatina, y dejar enfriar al menos 4h en la nevera.
La decoración
Con la decoración me he venido arriba, lo reconozco. La decoración es totalmente opcional, pero me apetecía hacer una tarta bonita y probar algo nuevo respecto a la decoración, así que he hecho un par de cosillas más, a juego con la panna cotta, para decorar la tartitaEn realidad es bastante sencillo, pero os lo explico por si alguien quiere hacerla así también. La decoración se compone de tres cosas:
Frambuesas naturales, bien lavadas y secas.
Nata montada (crema de leche): nata (crema de leche) + 10% de leche en polvo, es decir, para 100ml de nata (crema de leche), añado 10g de leche en polvo. Con esta cantidad me ha sobrado mucho, así que recomiendo 50ml de nata (crema de leche) y 5g de leche en polvo.
Panna cotta de frambuesas:
La nata (crema de leche) la he puesto en una manga con boquilla lisa (o una bolsa de plástico sin boquilla, directamente, que le cortamos la esquina), y la panna cotta de frambuesas en una manga con boquilla rizada. Luego ya se trata de ir poniendo un poquito aquí y un poquito allá, hasta intentar llenar toda la tarta.
Disfrutando de un postre elegante y refrescante
Esta tarta de panna cotta con gelatina de fresas no solo es un deleite para el paladar, sino también una obra de arte culinaria que hará que cualquier ocasión sea especial. Su presentación elegante y sus sabores frescos y equilibrados la convierten en un postre ideal para cenas, celebraciones o simplemente para disfrutar en un día soleado. Además, es una opción más ligera y refrescante, perfecta para aquellos que buscan un postre delicioso pero no demasiado pesado.La combinación de la cremosidad de la panna cotta y la frescura de la gelatina de fresas crea un contraste que es simplemente irresistible. Cada bocado ofrece una explosión de sabores y texturas que seguramente impresionará a vuestros invitados y hará que esta tarta se convierta en una de vuestras recetas favoritas. Así que no esperéis más y animaros a probar esta maravillosa tarta de panna cotta con gelatina de fresas. ¡Os aseguro que no os arrepentiréis!
Consejos importantes
La textura de la tarta es blandita, como una panna cotta. Esto hace que sea difícil de transportar y de manejar, en general. Por eso, os recomiendo estas cosas:Conservar en la nevera, y sacarla sólo cuando se vaya a servir. Si tienes que llevarla a algún otro sitio, mejor si es dentro de una neverita portátil.
Forrar el molde con plástico de acetato (comprar en Amazon) para que la tarta no se pegue al molde, si no, será MUY difícil de desmoldar
Usar la base del molde como plato, es decir, no intentar mover la tarta a un plato para evitar que se rompa, sino servirla directamente en la base del molde. Hay algunos moldes que llevan el plato incorporado, como por ejemplo el de Lekué (que no os recomiendo porque se filtra masa fuera) o este otro que parece que tiene mejores reviews en Amazon.
Espero que os encante tanto como a mí
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Tarta de panna cotta con gelatina de fresas
Tiempo de preparación 30 minutos
Tiempo de cocción 5 minutos
Raciones 12
Calorías 214.2kcal
Autor Noelia Herrero
Ingredientes
Para la gelatina de fresa
200 g puré de fresas natural
2 hojas de gelatina neutra (o 3g en polvo)
Para la panna cotta
600 ml nata (crema de leche) líquida para montar (crema de leche)
400 ml leche evaporada
200 ml leche
8 hojas de gelatina neutra (o 12g en polvo)
60 g eritritol o edulcorante al gusto
Elaboración paso a paso
Gelatina de fresas
Trituramos las fresas bien lavadas con la batidora, y colamos para obtener un puré bien fino.Hidratamos la gelatina en agua fría durante 5min o hasta que esté blanda.
Ponemos el puré de fresas en un cazo a fuego medio, escurrimos la gelatina y la derretimos en él.
Vertemos la gelatina en un molde un poco más pequeño que el de la tarta (yo he usado de 15 y de 18cm), forrado con film, y lo llevamos al congelador durante al menos una hora.
Panna cotta
En un cazo a fuego medio, ponemos la nata (crema de leche), la leche evaporada y la leche junto con el edulcorante, y calentamos hasta que esté todo bien integrado.Hidratamos la gelatina en agua fría, escurrimos y la echamos en la mezcla, removiendo hasta que esté completamente disuelta.
Apartamos del fuego y dejamos atemperar.
Vertemos aproximadamente 2/3 en el molde y guardamos en la nevera media hora. Mantenemos el otro 1/3 a temperatura ambiente, removiendo de vez en cuando.
Retirar el telillo si se ha formado, colocamos la gelatina congelada en el centro, y cubrimos con el resto de la nata (crema de leche). Dejamos enfriar en la nevera por lo menos 4 horas.
Desmoldamos con cuidado, decoramos, ¡y listo!