Si te viene un compañero de trabajo en tus momentos más bajos y te regala un potecito de mermelada de higos casera hecha por su mujer Carme, tú te la guardas a buen recaudo durante unos meses hasta que la alegría vuelve a ti y haces una deliciosa tarta de queso con pasas al ron. Entonces es cuando haces la mezcla perfecta!
No sé vosotros pero las tartas de queso sin un toque de mermelada no me saben igual. Esa fusión de sabores me apasiona.
La receta es la que hicimos en el primer curso de pastelería de la escuela Hofmann con algunos cambios, y es realmente buena y suave. Si a eso le añades el toque de las pasas lo culminas.
Vayamos a por la receta.
INGREDIENTES (molde 20cm)
Base
250 galletas chiquilín o digestive
100gr de mantequilla
Masa
500gr queso crema
160gr azúcar
2 huevos
100gr mantequilla fundida y enfriada
60gr harina
4gr sal
Ralladura de 1 limón
60gr de pasas
Ron
1 vaso de agua
ELABORACION
Engrasamos un molde desmontable de 20cm, forrando con papel de horno para que nos sea más fácil desmoldar.
Empezaremos por hidratar las pasas durante 2 minutos con un vaso de agua calentada en el micro. Escurrimos y les echamos un buen chorro de ron.
Trituramos las galletas y mezclamos con la mantequilla fundida caliente. Ponemos la mezcla en el fondo del molde y nos ayudamos con el culo de un vaso para prensarla bien. Llevamos al congelador mientras preparamos el relleno.
Separamos las yemas de las claras.
Mezclamos el queso con las yemas de huevo, la mitad del azúcar, la ralladura de limón hasta que resulte una crema.
Añadimos la harina tamizada con la sal y lo integramos.
Montamos las claras a punto de nieve añadiendo el azúcar en forma de lluvia a medio montado y sin dejar de batir.
Incorporamos las claras a la mezcla de queso con ayuda de una lengua y movimientos envolventes, teniendo cuidado que no se bajen. Integramos las pasas bien escurridas de ron.
Sacamos el molde del congelador y lo rellenamos con la mezcla.
Horneamos durante 10 minutos a 180 y bajamos la temperatura a 160. Dejamos durante 30 minutos más.
Retiramos del horno y dejamos enfriar por completo a temperatura ambiente. Retiramos el aro del molde y llevamos a la nevera un mínimo de 5 horas antes de consumirlo.
Siempre estará mejor de un día para otro.