Comensales: 4
Tiempo de preparación: 30 minutos(+ 1 noche de remojo de los dátiles)
Utensilios necesarios: Una batidora o procesador de alimentos y un molde de 10 com
¡Muy buenas gastrolovers!
Esto es una locura…y lo sabes…
Tarta + Sacher + Raw = Paraiso
¿Y si te digo que de esta receta también han salido unos Ferrero Rocher crudiveganos? ¿Me juras amor eterno? Porque es para hacerlo…;)
Preo bueno, vamos por partes:
Tarta Sacher Raw
Esta divina tarta fue un invento de Franz Sacher allá por 1832, lo que significa que la humanidad lleva 183 años comiendo Tarta Sacher…algo haría bien el chaval!
Tú imagínate que eres aprendíz de repostería (si, Franz Sacher aún era aprendíz cuando creó esta maravilla) y te toca hacer una tarta para unos amigos del príncipe (Vamos a poner que tienes que hacer una tarta para los colegas de Froilán de todos los Santos. Franz tuvo que hacerla para los invitados del príncipe Clemente Wenceslao Lotario de Metternich ) .
Bueno, pues haces la tarta, que le acaba encantando a los colegas del Froilán y 183 años más tarde aún hay gente hablando de tu tarta, haciendo versiones, vendiéndola en restaurantes, panaderías…
No se lo que opináis vosotros…pero para mi Mr Sacher era un crack!
Bueno, pues aquí Mr Crack máximo, tas pasar 16 años trabajando en Bratislava y Budapest, vuelve a Viena y abre una tienda de delicatessen y vinos con la que no le va nada mal.
Unos años más tarde, Eduard, el hijo mayor de Franz Sacher, se fue de aprendiz de repostero a la confitería vienesa Demel, dónde empezó a confeccionar la tarta de su padre en la forma que hoy se conoce.
El chaval, otro crack cómo su padre, fundó el Hotel Sacher en 1876, todavía hoy existente, y comenzó a vender la Sachertorte o Tarta Sacher.
Cerca de dos siglos más tarde, una servidora te quiere presentar humildemente, una versión crudivegana de esta tarta.
Ni qué decir tiene que he tenido que hacer numerosos intentos para llegar a una receta que me convenciera…Los dulces crudiveganos es lo que tienen…Conseguir que funcionen sabor, textura y consistencia sin que te entren ganas de morir por exceso de consumo de grasa tras haber probado el primer bocado, no siempre es fácil…¡pero tampoco imposible!
Así qué, all son de “Ciocarlia” de Ara Malikian (podéis escucharla en la anda sonora de mi cocina ), os sugiero que preparéis con amor y pasión en honor a Franz y Eduard Sacher, los siguientes ingredientes:
PARA LA TARTA:
130 gr de nueces peladas crudas sin sal
70 gr de avellanas tostadas (las podéis comprar crudas y tostarlas vosotros)
15 dátiles remojados de la noche anterior (no tirar el agua de remojo)
1 cuchara sopera de aceite de coco de primera extracción en frío
1 zanahoria grande rallada finamente
5 cucharas soperas de cacao puro crudo en polvo
Una pizca de sal
1/4 cuchara de postre vainilla pura cruda en polvo
PARA LA COBERTURA:
1 y 1/2 cuchara sopera de aceite de coco de primera extracción en frío
1 cuchara sopera bien colmada de cacao puro crudo en polvo
1 cuchara sopera de sirope de ágave crudo
Una pizca de sal
Una pizca de vainilla
PARA LA MERMELADA RAW DE ALBARICOQUES:
10 orejones remojados de la noche anterior (duraznos/ albaricoques/melocotones secos)
Unas gotas de zumo de limón
Una pizca de vainilla
¡Vamos allá con el procedimiento!
PARA LA TARTA:
Si tenéis un mega procesador o una pedazo de batidora tipo Vitamix, solo tenéis que meter todos los ingredientes de la tarta y procesar hasta obtener una masa uniforme. Si, cómo yo, pertenecéis al resto de mortales, atención:
Trituramos en la batidora las nueces y las avellanas hasta obtener un polvo con el que se empiezan a formar pequeñas pelotas. Esto es porque el aceite de los frutos secos está saliendo y nos ayudará a formar nuestra masa.
Reservamos esta masa/harina en un bol al que añadimos la sal, la vainilla y el cacao.
Trituramos los dátiles ya enjuagados y deshuesados (el agua de remojo lo reservamos porque nos va a servir más tarde) con un poquito de nuestra harina / masa de nueces y avellanas hasta que los dátiles se deshagan y se unan a nuestra masa.
Reservamos en el bol, añadimos la zanahoria rallada y el aceite y amasamos bien hasta que queden integrados todos los ingredientes.
Presionamos sobre el fondo de nuestro molde uniformemente.(previamente habremos forrado el fondo con papel de hornear) . Desmoldamos y partimos la tarta en dos capas. Una capa la volvemos a presionar sobre el molde y reservamos en el frigorífico, la otra la reservamos sobre un plato mientras hacemos la mermelada Raw.
PARA LA MERMELADA DE ALBARICOQUE RAW:
Trituramos todos los ingredientes con 30 ml del agua de remojo de los dátiles y ¡listo!
Sacamos el molde, añadimos en una capa nuestra mermelada raw.
Depositamos encima la 2º capa de masa que hemos reservado en un plato y la acoplamos sin presionar demasiado. Reservamos en el frigorífico mientras preparamos nuestra cobertura de chocolate raw.
PARA LA COBERTURA DE CHOCOLATE RAW:
Mezclamos todos los ingredientes, sacamos la tarta del frigorífico y con un cuchillo o paleta la untamos sobre la tarta. ¡¡Atención!! La tarta está fría y el chocolate va a empezar a solidificar conforme entre en contacto con la tarta, por eso, este paso hay que hacerlo con cuidado de repartir el chocolate bien en una fina capa por toda la tarta desde un primer momento.
Bien, la podéis desmoldar conforme la hayáis terminado, pero os recomiendo dejarla reposar durante un par de horas (cuanto más la dejéis reposar, más rica estará) antes de servir.
Tengo que deciros que estoy súper contenta de poder compartir esta creación con vosotros. Veréis que la zanahoria rallada le aporta jugosidad sin tener que echar de mano de más grasa que la ya presente en los frutos secos y los escasos 10 ml (una cuchara sopera) de aceite de coco.
Bueno, pues con esta misma masa de tarta se hacen los Ferrero Rocher Raw que, me váis a permitir que publique en otro post, el cual podéis consultar aquí.
Espero que disfrutéis locamente de esta tarta.
Y recordad…
Las recetas están para cambiarlas…Probad, experimentad y dadle vuestro toque personal.
¡Un abrazo enmorme gastrolovers!