Pues este ha sido el bonito motivo por el que hemos estado un poco despistados últimamente. Montar una boda al más puro estilo DIY es precioso, pero también bastante agotador, sobre todo si le sumas la distancia... Menos más que mis padres son todo terreno y aceptaron hacer de recaderos las dos últimas semanas ¡muchísimas gracias! y entre todas las amigas montamos un equipazo que, casi sin darnos cuenta, conseguimos que todo saliera perfecto en su gran día (o esperamos que lo hayan sentido así).
Y como toda boda DIY que se preste, además de toda la decoración y otros detalles, la tarta también tenía que estar hecha por nosotras. Cuando decidimos que lo hiciera yo, le pregunté a la novia si tenía alguna preferencia, gustos, etc. y tras decirme las cuatro cosas prohibidas por las alergias, solo me dio una condición: tenía que ser vegana. ¿En serio? ¿VEGANA? Sí, sin huevo ni leche. Mi cara: O_O. En ese momento casi hubiera preferido que me hubiera pedido una tarta de 4 pisos llena de flores y pétalos de fondant jajaja.
Tras el shock :P comencé a hacer pruebas para encontrar un bizcocho que estuviera rico, no llevara ni huevo ni leche o derivados y que encima aguantara el peso del fondant para hacer mi primera tarta de dos pisos... Casi ná... A pocas semanas de la boda dimos con uno que no estaba mal pero cuando me disponía a ajustar el tema del sabor apareció el novio (que también es todo un cocinillas y repostero, de ahí que aparezca acompañado de pan y bollos jeje) con una receta que habían probado del libro "Delicias veganas" hacía tiempo y que les había gustado.
Os soy sincera, tras ver la lista de ingredientes, pensaba que no iba a funcionar. Probé la receta con mucha desconfianza pensando que iba a ser un bizcocho blando o con poco sabor y menuda sorpresa me llevé. En cuanto le dimos el primer bocado, el cocinillas y yo nos miramos y dijimos "¡es este!". Tiene un sabor delicioso a chocolate, es fuerte y aguanta sin problemas un par de días sin secarse, aunque yo lo mojé con almíbar por si acaso... Eso sí, hay que acompañarlo con alguna mermelada por que solo se hace un poco pesado ya que no es un bizcocho muy dulce.
La decoración se me ocurrió tras hablar con la novia sobre la idea que tenían para la temática de la tarta. Me decanté por algo sencillo, como son ellos, intentando reflejar todo lo que me habían contado y dar más protagonismo a los novios, que era el toque divertido y protagonista de la tarta. Y aquí he de volver a dar las gracias a mi padre, que en mi último ataque de nervios me ayudó a recortar la hierba y pegar la valla... Al final le voy a enganchar a las tartas de fondant jajajaja.
Chicos, como ya os he dicho, he disfrutado muchísimo siendo parte de un momento tan especial en vuestras vidas y espero que podamos seguir disfrutando todos los que están por llegar... ¡os quiero mucho!
Ingredientes (1 tarta de 3 bizcochos de 16 cm.)
300 gr. de harina
225 gr. de azúcar moreno
60 gr. de cacao en polvo
2 cucharadas pequeñas de levadura
1 cucharada pequeña de sal
1 cucharada pequeña de bicarbonato
250 ml. de agua
130 ml. de aceite de girasol Ingredientes para el relleno y la decoración
1 bote de mermelada casera de fresas (pronto os traeré la receta)
250 gr. de chocolate negro fondant sin leche
75 gr. de margarina vegetal
Leche de arroz (opcional)
50 gr. de azúcar blanco
50 gr. de agua
Unas gotas de concentrado de vainilla
Fondant (opcional) Preparación
Pon a precalentar el horno a 180ºC, calor arriba y abajo.
Engrasa los tres moldes (o uno solo si lo preparas en varias tandas) con un poco de aceite de girasol o margarina y harina. Reserva.
En un bol tamiza y añade todos los ingredientes secos (harina, azúcar moreno, cacao en polvo, levadura, sal y bicarbonato) y remueve para que se mezclen. Si vas a utilizar una batidora eléctrica te recomiendo que lo remuevas a mano por que puedes acabar llenando la cocina de polvos de todos los colores jajaja.
Añade el agua, bate a velocidad baja hasta que se integre y continúa con el aceite. La masa estará lista cuando tenga un color homogéneo y todos los ingredientes estén bien integrados.
Si ves que la masa queda muy espesa, añade poco a poco cucharadas de agua hasta conseguir una textura más suave.
Divide la masa en tres y rellena los moldes. Mételo en el horno unos 40 minutos o hasta que pinches con un palillo y éste salga limpio.
Deja que el molde se enfríe unos minutos sobre una rejilla y cuando puedas cogerlo sin quemarte desmolda el bizcocho y colócalo sobre una rejilla hasta que se enfríe del todo.
Mientras se enfrían los bizcochos, en un cazo añade 50 gr. de azúcar blanco y 50 gr. de agua para crear un almíbar. Cuando comience a espesar, añade la vainilla o el aroma que más te guste, remueve y deja que se temple.
Recorta la parte superior de los bizcochos para que quede lisa. Coloca el primer bizcocho sobre la base y con la ayuda de un pincel mójalo un poco con el almíbar. Añade una capa fina de mermelada, por otro bizcocho encima y repite los mismos pasos. Coloca el último bizcocho y reserva.
En un bol derrite el chocolate con la margarina, deja que se temple y mételo unos minutos en el frigorífico hasta que coja la consistencia de una crema de cacao. Si la cobertura queda muy seca puedes añadir un poco de leche de arroz para suavizarla.
Puedes cubrir toda la tarta o simplemente untarlo sobre el bizcocho superior, como más te guste. Si no lo quieres cubrir con fondant, ya tienes lista tu tarta :).