Viviendo en Alboraya, no podían faltar estas torrijas en mi recetario y cuando las vi en Directo al Paladar, que además se hacían sin freír, me fui a comprar horchata rápidamente.
Hay unas cuantas horchaterías en mi pueblo, pero la horchata fresca caduca más pronto, así que la compré envasada y esta marca ha sido todo un descubrimiento.
Se trata de Alborchata, S.L. una fábrica que está en Alboraia y hacen una horchata que, pese a su precio, inferior a 1 € el litro, está mucho más sabrosa que otras marcas más conocidas.
La compré en Consum, no sé si estará en toda España, pero si la encontráis no dudéis en probarla. En su envase nos cuentan porqué se llama horchata.
En la receta de Directo al Paladar le añaden leche condensada a la horchata, cosa que yo no he hecho y han quedado deliciosas. Son perfectas para comer en plato porque quedan muy jugosas e incluso podemos servirlas con una bola de helado a modo de postre.
Podemos hacerlas con el pan duro que tengamos, yo tenía de barra y de molde, pero ha quedado mejor con el de molde, que era de masa madre y la miga prieta. El de barra lo corté demasiado gordo, para estas torrijas mejor cortarlo más fino.
-pan duro
-horchata de Alboraya
-azúcar
En una fuente honda ponemos la horchata y vamos mojando en ella las rebanadas de pan, hasta que estén jugosas.
Escurrirlas y pasarlas a una bandeja.
Espolvorear con azúcar.
Quemar con un soplete hasta que se forme el caramelo.
*Si no tenemos soplete o placa de quemar, podemos hacerlas a la plancha*
Para guardarlas hay que hacerlo sin amontonar, para que no se moje el caramelo y pierda el crujiente.