¡¡Hola!!
Dicen que lo bueno si breve, dos veces bueno. Así que volvemos de nuevo a la rutina después de estos días de descanso que me han venido de lujo aunque me han sabido a poco.
Y tú, has comido muchas torrijas? Seguramente si porque es uno de los postres más típicos de la Semana Santa, pero que se haya terminado no significa que no podamos seguir disfrutando de este humilde postre tan maravilloso. En las cosas de comer a mi me da igual la época, sobre todo tratándose de torrijas para las que solo necesitamos pan y por suerte, de eso, tenemos todo el año.
Si no has hecho nunca torrijas hay unas cuantas cosas importantes a saber antes de ponerte a ello:
Lo más importante para que te salgan las mejores torrijas es acertar con el pan. El pan para las torrijas debe tener la miga bastante densa o compacta para que empapen bien. Es cierto que se pueden hacer con el pan normal que nos sobre del día anterior, pero he comprado un pan especial para torrijas porque hay mucha diferencia y merece la pena (sobre todo para publicarlas)
Lo siguiente para conseguir unas buenas torrijas es empapar bien el pan en la leche de manera que queden muy jugosas. No es suficiente con pasar las rebanadas por leche, es mejor dejarlas en una fuente, mojarlas con la leche y dejarlas por lo menos cinco o diez minutos hasta que la absorban toda.
Luego hay que sacarlas con delicadeza porque estarán muy blanditas, pero haciéndolo con cuidado (con una espumadera o algo así) las pasaremos por huevo batido y las freiremos en aceite de oliva o girasol caliente un par de minutos por cada lado. El aceite no debe estar a tope durante la fritura sino que lo calentaremos al máximo y luego bajaremos un poco el fuego (en mi vitro al 7 de 9 que es el máximo).
El toque final es al gusto de cada uno. A mi me gustan simplemente rebozadas en azúcar y canela, a otros con miel, con chocolate o cualquier otra cosa que te guste.
Vamos con el paso a paso:
Ingredientes:
- pan especial para torrijas
- 1 l. de leche
- la piel de un limón
- 250 gr. de azúcar
- 1 ramita de canela
- huevos para rebozar
- azúcar y canela en polvo.
Elaboración:
1. Poner a calentar la leche con el azúcar, la piel de limón y la ramita de canela. En cuanto empiece a hervir lo retiramos del fuego y dejamos templar.
2. Cortamos el pan en rebanadas y vamos colocandolas en una fuente. Las bañamos con la leche templada o fría y las dejamos hasta que absorban toda la leche (entre 5-10 minutos).
Esto lo haremos las veces que haga falta. Yo he hecho toda la barra y me han salido mogollón...
3. Batimos un par de huevos y con cuidado vamos pasando las rebanadas de pan por el huevo batido. No las cojas con la mano porque están muy blandas y se pueden romper. Dependiendo de las que vayas a hacer tendrás que ir batiendo más huevos cuando lo necesites.
4. En una sartén amplia con aceite de oliva suave o girasol, vamos friendo las torrijas un par de minutos por cada lado, que estén un poco doradas. Luego las dejaremos en un plato con papel de cocina para que escurran el exceso de aceite.
5. Por último las rebozamos en una mezcla de azúcar y canela. Un plato de azúcar con un par de cucharadas de canela.
Si prefieres tomarlas con miel es mejor rebajarla con un poco de agua (en un cacito al fuego) para hacer una especie de sirope. De cualquier manera están buenísimas y aunque a mí me gusta comerlas cuando todavía están un poco tibias, te aguantan perfectamente hasta el día siguiente.
¡Hasta el viernes!