Para quien no los conozca, los tostones (o patacones), son un acompañamiento típico de algunos países latinoamericanos, especialmente de la región del Caribe. Le pega a casi todo: ceviche, carnes, guacamole, dips....hasta con chocolate están deliciosos!!!
Los tostones se preparan con plátano macho, diferente al plátano que comemos normalmente en España: éste es bastante más grande y verde, y tiene más almidón y menos azúcar que un plátano normal. Además, es rico en potasio, vitamina B6, vitamina C, betacaroteno y una muy buena fuente de fibra, y en crudo (por ejemplo, como chips deshidratados) o cocinado a bajas temperaturas, contiene una gran cantidad de almidón resistente!!! Por no repetiros que así cocinados están deliciosos y pegan con casi todo.
La receta más común cosiste en freírlo, pero entre que odio freír y que algunos están en plena operación bikini, yo os propongo hacerlos al horno: quedan súper crispy, llevan menos aceite y, además, engordan menos! ¿Os he convencido ya para probarlos?
Ingredientes:
2 plátanos macho
1 taza de agua
2 cucharaditas de aceite de oliva
sal al gusto
Elaboración:
En primer lugar precalentamos el horno a 200 grados. Mientras, pelamos los plátanos y los cortamos en rodajas de más o menos un dedo de grosor. Colocamos las rodajas de plátano en un bowl y las rociamos con una cucharada de aceite de oliva, asegurándonos de que todas estén impregnadas de aceite.
Ponemos las rodajas de plátano en una bandeja de horno (un poco separadas) y las metemos en el horno durante 10/15 minutos o hasta que veamos que estén blandas (dependerá del grosor de las rodajas). Cuando notemos que estén blandas las retiramos del horno y las aplastamos (si tenéis utensilios especiales para hacer tostones perfecto, si no también se puede usar el de hacer tortillas o, como en mi caso, con una espumadera grande o una tabla: tened cuidado porque están muy calientes!!). Cuanto más finas, más crujientes quedarán al final.
Una vez aplastados los remojamos en el agua con sal (esto se hace para que queden tiernos por dentro y crujientes por fuera). Los secamos con una servilleta de papel y volvemos a impregnarlas en aceite de oliva. Las distribuimos de nuevo en la bandeja del horno y horneamos durante otros 15 minutos (a mitad del horneado les podemos dar la vuelta para que queden más uniformes). ¡Y ya está! :)
Como os he dicho, se pueden tomar con casi todo: salsas, verduras, carnes, etc. Esta vez los he probado con chocolate negro y me han encantado!!!!! Es una combinación genial y muy adictiva!!
Espero que os guste!!!! Y si los hacéis, no dudéis en decirme qué tal os ha ido!!!
Un beso!!