Esta trenza de hojaldre salada es la prueba de que no hacen falta aspavientos culinarios para poder sorprender gratamente a nuestros invitados. A veces, ingredientes tan sencillos como espinacas y queso pueden dar como resultado un plato tan vistoso como este, tan solo hace falta un poco de maña y savoir-faire. Liaos la manta a la cabeza y atreveos con este plato. ¡Os prometemos que es mucho más sencillo que escalar el Everest!
¿Qué necesito?1 placa de masa de hojaldre
200 gr de espinacas
1 diente de ajo
75 gr de queso de cabra
miel
aceite de oliva
sal
1 huevo
¿Cómo lo hago?
En una sartén con un buen chorro de oliva, doramos ligeramente el ajo muy picado y añadimos las espinacas. Echamos sal, salteamos unos minutos y reservamos.
En una superficie enharinada, estiramos la masa de hojaldre. Imaginamos que la masa está dividida en tres rectángulos. Pues debemos realizar cortes en los rectángulos exteriores, como si estuvieseis dibujando un teclado. Podéis ver en la siguiente foto cómo se debe hacer.
Ahora que ya hemos preparado la masa, colocamos en el rectángulo del medio las espinacas salteadas bien estiradas. Ojo, porque debéis dejar un centímetro y medio en cada extremo sin relleno, para poder cerrar posteriormente el paquete de hojaldre. Añadimos sobre las espinacas las rodajas del medallón de queso de cabra. Por último, agregamos unos hilitos de miel a lo largo del relleno.
Solo queda trenzar la masa para cerrar nuestro pastel de hojaldre. Comenzamos doblando los laterales de masa que hemos dejado sin relleno. Ha llegado el momento de formar la trenza. Solo tenéis que ir colocando cada tira sobre la parte superior del paste, de forma oblicua y alternando una de cada lado.
Una vez que hayamos cerrado toda la trenza, hay que barnizar el pastel con huevo batido y hornearlo a 200º entre 20 y 30 minutos.
Aunque está muy bueno de todas las formas, os recomendamos que si es posible lo sirváis caliente.¡Buen provecho!