Si la semana pasada os proponíamos un turrón de chocolate crujiente, esta semana volvemos a la carga con otro que ya se ha convertido en un clásico de las mesas navideñas: el turrón de yema tostada. Después de su sabor, lo que más os va a sorprender es lo fácil que es de elaborar en casa. ¿A qué estáis esperando? ¡Manos a la obra, que solo queda una semana para la Nochebuena!
¿Qué necesito?
250 gr de almendra molida
150 gr de azúcar glas
3 yemas
50 gr de agua
ralladura de 1´/2 limón
pizca de canela
azúcar para quemar
¿Cómo lo hago?
Mezclamos las yemas de huevo junto con la ralladura de limón y la canela. Por otro lado, vamos a preparar un almíbar poniendo en un cazo el agua junto con el azúcar glas a fuego medio y sin remover, esperando hasta que alcance los 115º C.
Añadimos el almíbar a la mezcla de yemas en forma de hilo y despacito, sin dejar de remover, hasta obtener una mezcla lisa y homogénea.
Tan solo nos queda agregar la almendra molida, mezclar y amasar y nuestra mezcla estará lista.
Colocamos la masa de turrón en cualquier fuente o molde con forma rectangular y si tenéis un molde de turrón pues todavía mejor y alisamos bien la superficie con ayuda de una espátula. Para que sea más fácil desmoldarlo, lo mejor es forrarlo con papel de horno. Colocamos varios bricks de leche sobre el molde para hacer presión y que se prense bien el turrón. Dejamos reposar entre 2 y 4 días para que endurezca.
El último paso consiste en caramelizar la superficie. Para ello, espolvoreamos el azúcar glas sobre el turrón y lo quemamos inmediatamente con ayuda de un quemador. ¡Y listo para servir! Sencillo, ¿verdad?