Procura tener los ingredientes preparados antes de empezar con la receta. Pésalos bien, en repostería es importante ser exacto con las medidas ya que cualquier variación en ellas influye bastante en el resultado final. Entre los ingredientes que encontrarás en las recetas de bizcochos están:
Los huevos: si la receta no indica otra cosa, serán de tamaño mediano y deben estar a temperatura ambiente, así que debes sacarlos un ratito antes del frigorífico. Dependiendo de la receta los utilizaremos: - enteros (clara y yema) y mezclándolos con el azúcar. Hazlo con una batidora de varillas, a máxima potencia y trabajando bien la mezcla hasta que te quede blanquecina, cremosa y haya aumentado considerablemente de volumen. Te llevará unos 10 minutos conseguirlo, dependiendo de la potencia de la batidora;
-o montando las claras a punto de nieve y añadiéndolas al final de la preparación. En este caso es importante que las incorpores y las mezcles con la masa manualmente, con la ayuda de una cuchara de madera o una lengueta y con movimientos suaves y envolventes.
2. La grasa, que puede ser mantequilla, margarina o aceite. La mantequilla se utiliza a temperatura ambiente, para que sea manejable, pero nunca líquida. El aceite puede ser de girasol o de oliva, aunque te recomiendo el primero, aporta un sabor más suave al bizcocho.
3. La harina: debes utilizar harina de repostería ya que tiene una alta cantidad de almidón, bajo contenido en proteína y una textura más fina que la harina común, que hará que nuestro bizcocho tenga una miga más fina y esponjosa. Muy importante tamizarla, junto con la levadura, al incorporarla a la mezcla, de esta forma evitaremos que nos quede apelmazada y con grumos. La mezclaremos manualmente, sin utilizar batidora, y con movimientos suaves.
4. El impulsor: podemos utilizar polvos de hornear (también llamados levadura Royal o baking powder) o sobres gasificantes, aunque en algunos bizcochos, como el genovés, se crea una masa tan aireada que no necesitaremos incorporarle impulsores químicos.
Hay multitud de moldes en el mercado, de muchos materiales y formas. A mi me gustan especialmente los desmoldables, pero esto ya es una cuestión de gustos. Lo que si que es importante es el tamaño:
si es demasiado grande el bizcocho te quedará bajo y seguramente reseco.
si es demasiado pequeño la masa puede rebosar durante la cocción y el bizcocho te quedará alto y poco hecho. ¿Como saber el tamaño adecuado? Fíjate en que la masa quede aproximadamente un par de dedos por debajo del borde del molde, es decir, que ocupe unos 2/3 de su capacidad.
Asegúrate de engrasarlo adecuadamente, tanto en el fondo como en los laterales, o forrarlo con papel de hornear, de esta forma te asegurarás un desmoldado sin problemas.
Tengo que empezar diciendo que cada horno es distinto, poe ejemplo, no todos los hornos alcanzan la temperatura que indica su termostato. Por eso es importante que conozcas tu horno, ésta será una de las claves para conseguir buenos resultados. Dicho esto, hay unos cuantos consejos que seguro puedes aplicar:
Salvo que la receta indique lo contrario tenemos que precalentar el horno unos 15 minutos antes de meter el bizcocho. Introduce el bizcocho sobre la rejilla colocada a media altura, hornea aproximadamente a 180ºC y, muy importante, no abras la puerta antes de que hayan transcurrido 2/3 del tiempo que indica la receta porque ,si abres antes, tu bizcocho se hundirá por el centro.
Para saber si el bizcocho está cocido pínchalo con un palillo; si el palillo sale limpio el bizcocho está listo, si sale con restos de masa tendrás que proseguir la cocción unos minutos más.
Cuando el bizcocho esté listo lo sacaremos del horno y lo dejaremos enfriar sobre una rejilla. Ten paciencia y no intentes desmoldarlo hasta que se haya enfriado, si lo haces tu bizcocho seguramente se abrirá y se romperá.
Tan importante como que el bizcocho nos quede esponjoso es que, cuando lo vayamos a consumir, lo siga estando. En un recipiente hermético o envueltos en film transparente los bizcochos se conservan bien jugosos, pero si no piensas consumirlo en unos cuantos días puedes optar por congelarlo utilizando bolsas especiales para congelar.
Y como de los errores se aprende, y mucho, vamos a intentar descifrar que es lo que ha sucedido si tu bizcocho no te ha quedado como esperabas. ¿Que ha pasado?:
el bizcocho se ha quemado por arriba: seguramente tu horno calienta en exceso. Para evitar que te vuelva a pasar cubre el bizcocho con papel de aluminio, eso si, una vez hayan pasado los 2/3 del tiempo de cocción recomendado.
el bizcocho se ha hundido en el centro: la temperatura de cocción en el horno es demasiado baja.
el bizcocho ha crecido demasiado en pico: la temperatura es demasiado alta.
el bizcocho se arruga al sacarlo: no está bien cocido o ha habido demasiado contraste de temperatura al sacarlo.
la miga es muy compacta: hay exceso de harina, no la has tamizado o no te ha quedado bien incorporada a los huevos.
he utilizado frutas secas o pepitas de chocolate y se han ido al fondo: para evitar que esto ocurra agrega los tropezones ligeramente enharinados.
Y ahora que ya sabes un poquito más sobre como conseguir el bizcocho perfecto, solo te queda ponerte manos a la obra y practicar, así que aquí te dejo las recetas de bizcochos que tengo publicadas en el blog por si quieres hacerlo con alguna de ellas