Un poco de historia
Si algo me encanta -lo saben ustedes- son las historias. Particularmente las que cuentan posibles orígenes de cosas, situaciones o... alimentos. Es como conocer su esencia o su alma y eso hace que las aprecie más y hasta sepan mejor. Por eso procuro siempre saber de qué está hecho algo -así sea un simple pan-.
Y es que hay de panes a panes... No es lo mismo un pan bimbo que un pan de masa madre con más de 6 horas de reposo... digamos que uno está más vivo que el otro, gracias a los ingredientes de los que está hecho y, por consecuencia, sus efectos son diferentes en nuestro cuerpo cuando los consumimos. Si quieres saber más sobre las diferencias entre un pan con masa madre y un pan con levadura industrial, te recomiendo este post: La maravilla de hacer un pan rústico con masa madre
A lo que voy, es que ahora que estamos entrando en temporada del famoso "pan de muerto" (aunque desde septiembre las tiendas grandes los andan ofreciendo).
Para quienes me leen en otro país y no lo conocen, les cuento brevemente que es un pan que se consume sólo en esta temporada, para conmemorar una fecha muy especial: el día de muertos que celebramos el 1 y 2 de noviembre. Pero como en todo lo que ocurre con la historia, sólo los que vivieron en esa época saben la verdad, sin embargo, aprovechemos los esfuerzos que algunos han realizado para darnos a conocer sus posibles orígenes:
La difusión del pan de muerto está especialmente concentrada en el centro y sur del país, donde el Día de Muertos es celebrado con mayor intensidad. Su origen se remonta a la época prehispánica. Desde entonces se utiliza para las ofrendas, a pesar de que antes solo se preparaba con semillas de amaranto molidas y tostadas y se cuenta que se bañaba con sangre de las personas sacrificadas en honor a los dioses Izcoxauhqui o Huehuetéotl . El Pan de Muerto se dejó de elaborar durante la Conquista española en México, ya que los españoles rechazaron ese ritual e iniciaron la elaboración del pan de trigo, con forma de corazón, bañándolo de azúcar y pitándolo de rojo. Se le consideraba una forma pintoresca de representar a la muerte. (Wikipedia)Aunque el pan de muerto, generalmente, se prepara en forma circular, con una bolita que representa el cráneo o cabeza y cuatro canillas que representan los huesos, también se puede preparar de distintas maneras, según la región del País. Así, en el centro y Ciudad de México es costumbre espolvorearlo con azúcar; en Michoacás es de color más oscuro brilloso y va con dedicatoria para algún difunto; en Oaxaca el pan es de yema, con algún alfeñique insertado que representa al ánima a quien se dedicó el pan y, en Puebla, se hace de forma más sencilla con ajonjolí y azúcar roja...así que yo, hice mi versión saludable y vegana, como una ofrenda más a la vida, que a la muerte... aunque una no puede existir sin la otra; el enfoque cuenta.
foto: TusamigosenMéxico.tumblr
Entonces, ya sin más rollo, vamos a
La receta
En realidad tengo dos recetas que me gustan mucho. La primera que he hecho por varios años, sin masa madre (porque no todos tienen) que lleva levadura seca, pero no tanta como generalmente indican las recetas tradicionales y eso hace que sea más rápida. Si quieres verla, la encuentras en el siguiente enlace:
Pan de muerto vegano sin masa madre
Pero la que más me gusta, aunque se lleva más tiempo, tanto de leudado como de horneado, es esta:
Pan de muerto con masa madre
Pan de muerto vegano AleTorres
¿Qué tiene de especial, además de no llevar nada de origen animal? Pues la calidad de sus ingredientes: harina integral, puré de manzana, es baja en azúcar, poca grasa y de la buena, semillas de linaza y un sabor a pan, delicioso.
Ingredientes:
-250 gramos de harina de trigo integral de grano entero (de preferencia orgánica)
-90 gramos de azúcar (yo usé de piloncillo)
-1/2 cucharadita de sal de mar
-Ralladura de una naranja o mandarina
-30 gramos de aceite de coco (extravirgen y orgánico de preferencia)
-50 gramos de aceite de aguacate (para que no sepa mucho a coco)
-25 ml. de infusión de azahar, anís y/o hojas de limón (calienta agua hasta que empiece a hervir y agrega una estrella de anís o té de azahar o unas hojitas de limón)
-1 huevo linaza (1 cucharada de linaza molida + 3 cucharadas de agua)
-1/8 a 1/4 de taza de puré de manzana (pon a cocer la manzana y después hazla puré)
-100 gramos de masa madre a temperatura ambiente.
Cómo hacer:
-Cierne la harina en un recipiente y haz un hoyo en el centro
-Coloca en el centro el azúcar, la masa madre, la ralladura, el puré, los aceites y alrededor, sobre la harina, espolvorea la sal. Integra todo (con una sola mano de preferencia) hasta obtener una mezcla arenosa.
-Agrega la infusión y amasa hasta integrar todo por 15 minutos, hasta que tengas una bola suave y uniforme que ya no se te pegue en las manos (harás un brazo increíble, pero si tienes batidora, usa el gancho).
-Deja reposar la masa cubierta con papel film por 2 horas o hasta que doble su volumen. Honestamente yo la dejo toda una noche, pero si donde vives hace mucho calor, necesitarás menos tiempo. También puedes meterla al horno con el foco prendido para que leve más rapido.
-Cuando haya doblado su tamaño, sacala y desgasifica (presiónala para que se le salga el aire) y empieza a formar el pan.
Decide si harás uno grande o dos o cuatro mas pequeños. Yo hice uno grande (por eso también tarda más en hornear).
Separa una cuarta parte de la masa y dividela en tres: una para la bolita y dos para las canillas.
Para formar el pan, une todos los extremos hacia arriba y después dale la vuelta de manera que queden abajo y sean la base. Con tu mano "boléalo" suavemente y colócalo en la charola para hornear.
Lo mismo haz con la bolita pequeña. Las canillas se hacen formando dos cilindros rodándolos sobre la mesa con la mano y luego colocando los tres dedos de enmedio abiertos y presionando suavemente.
Para pegarlos, usa un poco de la infusión o, mejor aún, jugo de naranja o mandarina y coloca primero las canillas cruzadas y luego la "cabecita". No olvides presionar un poco en las uniones.
Ya formados, cúbrelos con un paño y deja reposar una o dos horas más para que leve antes de hornear.
Precalienta el horno a 190°C y hornea por 10 minutos. Después baja la temperatura a 175-180°C y sigue horneando hasta que dore un poco (puede llevar desde 30 a 50 minutos). Puedes sacarlo y cortar un trozo para ver cómo va y si aún está muy húmedo, dejarlo más tiempo.
Recuerda que al ser un pan integral y llevar mucha humedad (de la masa madre, el puré, la linaza, etc. Lleva más tiempo que uno tradicional). Si se te hace muy complicado, entonces prueba la anterior. Cualquiera, estoy segura de que te va a gustar.
Si tienes alguna duda, compártemela.
Nos leemos pronto.