El día de Muertos es una de las tradiciones más representativas de la cultura mexicana. Las escuelas se llenan de altares, con ofrendas, flores, calaveritas decoradas donde se honra las almas de los seres queridos, que, según la creencia popular, vuelven ese día de ultratumba. En estos “altares del día de muertos”, se colocan también fotos de los difuntos e incluso cosas que les pertenecían en vida así como sus comidas favoritas: arroz, tamales, tortillas, ponche y pan de muerto. A la muerte se la respeta y se vive con ella. Pero es que además, es percibida en México de manera muy peculiar y hacen uso de la sátira para burlarse de ella. Para ello, las referencias a la catrina son muy frecuentes.
La catrina (proviene de “catrín”, hombre elegante y bien vestido)existe desde tiempos de Benito Juárez. Se usaba esta representación de un cráneo vestido con ropas, bebiendo pulque y montando a caballo para criticar la situación de país y de la clase más adinerada. Hoy en día, la catrina es parte de la esencia cultural del país y está relacionada directamente con la representación de la muerte y la convivencia de ella en lo cotidiano. Y más allá, a catrina y las calaveras, hoy por hoy, se han convertido en referencia para las artesanías del país.
Hoy, vamos a retomar tradiciones y a elaborar una receta tradicional donde las haya, pan de muerto. Dicen que su origen se remonta a épocas de la Conquista y los rituales prehispánicos. Hay constancia, de que cuando una princesa era ofrecida a los dioses, su corazón aún latente se introducía en una olla y después era mordido por el que encabezaba el rito como agradecimiento a los dioses. El gusto por los sacrificios humanos fue rechazado por los españoles, que elaboraban un pan en forma de corazón con azúcar teñida de rojo. El pan de muerto es un pan dulce que tiene un circulo arriba simulando el cráneo y unas tiras abultadas cruzadas en los lados que simulan los huesos.
La receta del pan de muerto es rápida. Me la pasó hace más de 4 años una amiga mexicana que las elabora cada año. Yo he hecho unas modificaciones a la receta original, pues le faltaba el sabor a azahar, que dicen, es el recuerdo de los difuntos.
Ingredientes para 2 panes medianos
90 g. de harina
80 g. de azúcar
1 cucharita de sal
1 sobre de levadura de panadería (15g.)
60 ml. de infusión de agua, azahar y anís (70 ml de agua, 1 cuchara de esencia de azahar y 1 cuchara de anís en grano)
1 cuchara de ralladura de naranja
60 ml. de leche templada
70 g. de mantequilla
2 huevos
1 yema de huevo para barnizar
300-325 g. de harina común
Mantequilla derretida y azúcar para decorar
En primer lugar, prepara la infusión de azahar, no tienes más que hervir el agua junto con la esencia y el anís en grano y dejar que se enfríe. Cuela y reserva.
Mezcla la leche templada con la levadura y déjala reposar hasta que haga espuma, unos 10-15 minutos.
Mientras tanto, en un bol donde puedas amasar, pon la harina (los primeros 90 g.), el azúcar, la sal y la ralladura de naranja. Haz un hueco en el interior y añade los huevos. Mezcla. Cuando estén integrados, añade la levadura con la leche. Sigue mezclando Es el turno de la mantequilla. Amasa con mucho cariño. Por último añade la infusión de azahar.
A esta mezcla, añade la mitad de la harina y amasa para que se vayan integrando. A continuación, incorpora el resto de la harina. Lo normal es que la masa sea un poco pegajosa. Puedes añadir un poquito más de harina si lo requiere, pero no sobrepases mucho las cantidades o te quedará muy seco el pan por dentro.
Deja reposar tapado un par de horas hasta que doble su tamaño.
Separa la masa en dos y de cada masa, reserva un trocito para hacer una bola en la parte superior y unas tiras que simularán los huesos.
Dale una forma redondeada a la masa. Haz dos tiras y haz presión abriendo la mano con los dedos para formar la parte delgada de los huesos. Coloca las tiras cruzadas y la bola al centro.
Deja reposar otra media hora antes de hornear. Baña con yema de huevo y hornea durante unos 20-30 minutos a 160º.
Una vez que estén listos, baña con mantequilla derretida y espolvorea azúcar sobre tu pan de muerto… ¡qué lo disfrutes acompañado de un buen chocolate!
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