Una vez en casa, empezamos a barajar opciones para aprovechar al máximo esta excelente fruta tropical. ¿Quizá un bizcocho con mango? ¿Quizá un batido? O quizá mejor aprovechábamos que estaba en su punto para degustarlo lo más natural posible y nos dábamos un capricho en forma de postre sano de domingo. Como ya os podéis imaginar, optamos por esta última opción, y preparamos un delicioso “vaso de mango con yogur y chía”.
Para preparar tres raciones de este delicioso y sano postre que dejará a todos con ganas de más, necesitaremos los siguientes ingredientes:
1 Mango grande y maduro
1 lima
2 Yogures naturales (o griegos)
2 cucharadas de chía
3 galletas
Ya veis, muy pocos ingredientes para este plato tan sencillo como delicioso, aunque eso sí, os recomendamos que estos pocos ingredientes sean de calidad, pues la diferencia final, entre un mango en su punto y uno que no, o un yogur bueno y otro barato, es simplemente, brutal.
Lo primero que haremos será preparar el mango, para ello, le quitaremos la piel y le sacaremos al máximo su carne y sus jugos, poniéndolo todo en el vaso de la batidora. Una vez bien limpio el hueso del mango, exprimiremos en el mismo vaso la lima y lo batiremos todo bien hasta conseguir una crema bien fina que reservaremos en el frigorífico durante unos 30 minutos.
Durante este tiempo en el frigorífico, el mango espesará un poco y tomará consistencia. Pasado este tiempo, empezaremos a preparar los yogures, para ello, los pondremos en un bol, añadiremos azúcar al gusto y la chía y mezclaremos bien para que quede bien cremosos. Aprovecharemos también este momento para picar (a mano, con un mortero, etc) las galletas y las reservaremos.
Llegados a este punto, ya solo nos falta montar el postre. Para ello escogeremos unas copas, vasos bajos, altos, lo que más os guste (o mejor os quede para impresionar a vuestros comensales), y repartiremos primero la crema de mango, encima de esta, el yogur con chía y, encima de todo coronaremos con la galleta picada, tal que así:
Vaso de mango con yogur y chía
Un postre divertido, atractivo, dulce, refrescante y de fácil digestión. ¿Qué más le podemos pedir a una final de comida de festivo?
¡Buen provecho!