Este pudin de semillas de chía y avena es muy popular en Estados Unidos. Allí se llama “overnight pudding”, porque se prepara durante la noche, y se consume como desayuno saludable, incluso para llevar al trabajo. Confieso que hasta que he seguido estos días una dieta vegana (podéis ver en la “fan page” de El tiovivo rojo en Facebook todos los platos en: #retovegano21dias si pulsáis aquí), nunca se me había ocurrido tomarme las semillas de chía así. Ha sido todo un descubrimiento para mí: es fácil de preparar, muy sano, versátil y encima delicioso. Así que aquí me tenéis, pensando ideas para llevar al trabajo como desayuno en mi bote de cristal (algo también muy de moda en Estados Unidos y que a mí me parece además de práctico, sostenible: ¿para qué comprar botes de plástico cuando podemos reciclar los de cristal que tenemos en casa?).
Estos pudin de semillas de chía también son un postre sorprendente y estoy convencida de que a vuestros hijos les encantará. Se divertirán mucho si os ayudan a prepararlos. Las cantidades que os doy son por persona y tarro. Si queréis tomarlo en casa y sois varios en la familia, usad un bote más grande y multiplicad las cantidades por el número de personas (un bote de 500 ml de capacidad, por ejemplo, es perfecto para dos) o usad varios pequeños.
Para preparar este pudin he usado una de mis frutas favoritas, un delicioso y dulcísimo mango de la Axarquía malagueña con mucho #SaboraMálaga.
Para preparar vuestro pudin de semillas de chía y avena necesitaréis:
Un bote de cristal con tapa;
tres cucharadas soperas de semillas de chía;
dos cucharadas soperas de avena;
un vaso (250 ml) de tu bebida vegetal preferida (puedes usar leche si quieres);
20 gr de miel o sirope de ágave;
70 gr de mango cortado en dados;
un poco de coco natural rallado (opcional);
una cucharadita colmada de mermelada de melocotón (opcional).
1º. La noche antes, en un bote con tapa limpio, añade las semillas de chía, los copos de avena, la bebida vegetal que prefiráis (el día de la foto de esta entrada usé de soja) y la miel o el sirope de ágave (yo usé este). Mezcla con una cuchara pequeña, cierra el bote y mételo en el frigorífico hasta el día siguiente.
2º. A la hora del desayuno, abre el bote y monta tu pudin. Para ello, abre el bote que guardaste la noche anterior, mueve ligeramente con una cucharilla y vierte el pudin en el vaso, copa o tazón donde vayas a tomarlo (puedes ponerle abajo un poco de mermelada de melocotón). Añade encima los dados de mango y si tienes unas virutas de coco natural rallado (yo lo compro en Lidl) y a disfrutar. Si usas un recipiente de cristal transparente verás lo bonitos que quedan los colores de este pudin.
Si vas a tomarlo fuera de casa, usa un tarro más grande (al menos de 300/400 ml de capacidad) y la noche antes mezcla todos los ingredientes en el bote, incluida la fruta. Tápalo bien y tendrás un magnífico desayuno para llevar al trabajo.
¿Te animas a preparar este pudin de semillas de chía y mango? Cuéntame en comentarios qué te ha parecido y, si quieres, déjame tus fotos aquí o en nuestro grupo de Facebook Cocina con y sin Thermomix. Me encantaría leerte.
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