Rosquilas de leche condensada

Mi marido está muy contento con estas Roquillas de leche condensada, porque el ama la repostería tradicional y fíjate tu con quien  ha ido a dar, así que en esta ocasión y sin que sirva de precedente le he dado en todo el gusto…jeje.
Mi marido anda haciendo acopio de rosquillas y no comparte con nadie…


Estas Rosquillas de leche condensada se hacen en un plis con cuatro ingredientes con un resultado excelente y no son nada complicadas de hacer con unos cuantos tips que te voy a dar podrás hacerlas y te saldrán a las mil maravillas.

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La receta de rosquillas de leche condensada definitiva! que ricas!
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Puedes aprovechar para hacerlas con los niños y pasar un rato divertido y ameno con ellos, eso sí mejor fríelas tu…



Rosquillas de leche condensada

INGREDIENTES

300grs de leche condensada.
3 huevos M.
520grs de harina con levadura incorporada, la llaman bizcochona o preparado de levadura.
Ralladura de dos mandarinas o de un limón o de una naranja.
Abundante aceite de oliva para freír.
Azúcar granillo para rebozar.



Preparación

En el bol de la batidora con las varillas ponemos la leche condensada y los huevos los batimos bien un buen rato hasta que espumen y aumenten de tamaño.

Añadimos la ralladura de mandarina, yo he usado el rallador Microplane es una maravilla, más que rallar lima es rápido y te aseguras de que nunca te llevarás la parte blanca que amarga, un lujo!
Tamizamos la harina y se la incorporamos a la mezcla anterior, cambiamos el accesorio de las varillas por el de la pala y amasamos hasta que la mezcla se despegue de las paredes y al tacto no esté pegajosa.
Hacemos una bola y dejamos reposar la masa una media hora.
Pasado ese tiempo dividimos en porciones la masa yo las hice de unos 30grs cada una te saldrán unas 20 o 25 rosquillas.
Hacemos una bolita y luego con la palma de la mano hacemos un cordoncito, aquí es donde los niños pueden ayudarnos y pasárselo bomba. Después une los extremos presionando un poquito.
Pon a calentar abundante aceite de oliva en un cazo hondo y comienza a freír las rosquillas de leche condensada, espera a que se doren por un lado y luego dale la vuelta con la ayuda de dos tenedores hasta que se dore por el otro lado.
Sácalas y colócalas sobre papel de cocina para que suelten el exceso de aceite, en cuanto se enfríen lo suficiente como para poder cogerlas pásalas al plato en el que habrás puesto el azúcar y opcionalmente también puedes poner canela, rebózalas y ¡listo! Ya tienes tus rosquillas, esta última operación también la pueden hacer los peques de la casa, seguro que les resulta muy divertido.




Tips para unas Rosquillas perfectas

– Resérvate 20grs de leche condensada, no la pongas toda, ya que es más fácil rectificar de líquido que luego tener que añadir harina, porque si añadimos harina alteramos mucho la proporción de la receta. Si ves que no liga bien la masa le vas añadiendo la leche condensada poquito a poco hasta que tenga la consistencia adecuada, es decir que no se pegue a las manos.
– Para amasar puedes hacerlo también a mano, ya que no es una masa que necesite mucho tiempo de amasado y los más pequeños de la casa lo disfrutarán.
– Si se queda un poquito pegajosa (y cuando digo un poquito me refiero a que se te pegue un poco en los dedos, pero sólo un poco) la masa no pasa nada, déjala porque el reposo también amasa y es preferible eso, a añadir más harina. Añadir más harina siempre es el último recurso.
– Para formar las bolas de masa y estirarlas como un cordón puedes untarte las manos un pelín con aceite para te sea más fácil manipularlas.
– Para cerrar la rosquilla con más facilidad y que no se separen los extremos al freírlas humedece las puntas con un poquito de agua.
– A la hora de freír, las primeras rosquillas serán tus conejillos de indias para saber que temperatura es la adecuada para freírlas. El aceite no debe estar muy caliente porque se te harán muy rápido por fuera y por dentro estarán crudas, más bien a fuego medio, tampoco muy flojo o las rosquillas absorberán todo el aceite y estarán incomibles. Por eso te digo que sacrifiques las primeras rosquillas hasta que le cojas el punto al aceite.
– Ponte dos platos uno al lado del otro, uno con el papel de cocina para absorber el exceso de aceite y el otro plato con el azúcar para poder pasarlas cómodamente de un lado a otro, después déjalas en una rejilla.
– Para conservarlas ponlas en una caja de cartón y luego envuelve la caja con plástico alimentario.



Os animo a hacerlas porque merecen verdaderamente la pena, si tenéis alguna duda preguntadme que yo os responderé encantada, y si las hacéis contádmelo que me encantará saberlo.
Se os quiere:
Cristina.

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