¿Y que es lo segundo que más alegrías me reporta después de los viernes...?...Pues sí!, lo habéis adivinado!! los DULCES, como me gustan!!. tartas , bizcochos, flanes, natillas, buñuelos, rosquillas, habrá algo más rico que una rosquilla, si es que no necesitamos tanto nitrógeno líquido, ni tanto oro comestible para preparar una delicia como esta. Así que manos a la obra y a disfrutar del fin de semana.
Ingredientes:
Una lata de leche condensada pequeña(370 gramos).
cuatro huevos L.
625 gramos de harina para bizcochos.(lleva levadura)
Ralladura de limón (De uno ó dos limones).
Para el almíbar:
Un vaso de Azúcar,
Vaso y medio de agua,
Una copita de coñac,
Una rama de canela .
Para emborrizar:
Azúcar y canela.
Aceite para freírlas.
Preparación:
Batir la leche condensada con los huevos y la ralladura de limón, hasta conseguir una mezcla espumosa.
Vamos incorporando poco a poco la harina tamizándola con un colador (si no disponemos de tamiz).
La mezclaremos hasta conseguir una masa que no se pegue mucho en las manos, pero que no esté muy dura y compacta puesto que las rosquillas quedarían más secas y duras. (Solo la harina justa, mejor siempre algo menos).
Para formar las rosquillas nos iremos espolvoreando las manos de harina para que no se nos peguen en ellas, vamos formando churros que cerraremos en forma de rosquillas.
El aceite no debe estar excesivamente caliente para que se hagan bien por dentro sin quemarse, crecerán mucho mientras se fríen.
Una vez frías, prepararemos un almíbar por el que iremos pasando las rosquillas, dejando que se impregnen un poco y cuidando de que no se partan.
Las sacamos del almíbar, las emborrizamos (como me gusta esta palabreja) por azúcar y canela y listas para comer!.
Buen provecho amigos!!.