… o Nocilla, como prefiráis. La mía es de Nutella porque a veces me dejo arrastrar por las modas, y de unos años hacia aquí la Nocilla ha quedado relegada a un segundo plano, dando paso a la Sra. Nutella, que es como más glamourosa.
Y ahora que hablo de Nocilla me viene algo a la mente.
Hace días que no me pongo en modo abuela cebolleta y lo echáis de menos. Lo se.
Pues ahí vamos, con mis batallitas con la Nocilla.
Seguro que todos tenemos las mil anécdotas con la Nocilla. Porque si hay algo que no faltaba en casi ninguna casa que tuviera niños allá por los años 80 (de otras décadas no os puedo contar, no lo se) era la Nocilla, de la marca o de otra variante, pero lo que vendría a ser chocolate para untar en pan.
Pues no me caracterizo por mi memoria precisamente, pero tengo grabada una tarde en la que volvimos del cole y me acuerdo perfectamente de cortarme un buen cacho de pan, abrirlo y echarle Nocilla como si no hubiera un mañana. Zampármelo. Acto seguido pillar otro trozo de pan e ir a repetir el proceso… y ganarme una bronca porque cuando empezaba a comer chocolate no había quien me parara. Total, que cuando la merienda era con chocolate me tenían que racionar el pan para que no me terminara el bote. Bueno, conmigo ésto funcionaba… pero me sé de una -y no voy a decir nombres, que luego todo se sabe- que le daba lo mismo que no hubiera pan. Cuchara en mano se comía el bote de Nocilla a pelo. Eso sí es ser una profesional :D
Es una anécdota cortita, pero como os decía, mi memoria es lo que es.
Y se que tanto hablar de Nocilla pero en realidad esta tarta es de Nutella. Yo creo que en esta receta podríamos hacer un “buscar y reemplazar” y donde pone Nutella cambiarlo por Nocilla y quedarnos tan anchos.
Vamos, apostaría a que queda igual de bien. De hecho ¿sabéis qué? Que voy a probar de hacerla con Nocilla a ver si sabe igual de bien. No, mejor aún. Haré 2 tartas iguales: una con Nocilla y la otra con Nutella… y montaré una cata a ciegas a ver quién es capaz de distinguir entre una y otra.
¿Cualquier excusa es buena para ponerse hasta las orejas de chocolate, eh? ;)
Ahora sí, aflojad los cinturones, que vamos con la madre de todas las tartas.
Tarta de almendra y Nutella (para molde de 18-20 cms)
Para el relleno
3 huevos
250 ml. de nata (crema de leche) líquida
200 grs. de Nutella
50 grs. de azúcar
Para la base
50 grs. de almendra molida
120 grs. de mantequilla pomada
1 huevo
Una pizca de sal
100 grs. de azúcar
200 grs. de harina de repostería
Preparación
Empezamos preparando la base.
1. Batimos la mantequilla, el azúcar, la sal y la almendra molida hasta obtener una masa cremosa.
2. Añadimos el huevo y lo seguimos batiendo.
3. Vamos añadiendo la harina tamizada, cucharada a cucharada sin dejar de batir. Al final nos quedará una masa compacta que tendremos que seguir amasando en la mesa.
4. Ponemos la masa entre dos hojas de papel de horno y la estiramos con el rodillo hasta dejarla fina, de menos de medio centímetro de grosor. La dejamos reposar durante 2 horas en la nevera.
5. Pasado el tiempo de reposo cortamos un círculo en la masa con el aro (o el molde) que usemos para hornearla. Cortamos unas tiras de la altura del aro. Luego forramos por dentro el aro con el círculo haciendo de base y las tiras haciendo de paredes y lo juntamos todo presionando ligeramente con los dedos. Esto lo hornearemos durante 15 minutos a 180º.
6. Lo sacamos del horno y lo ponemos a enfriar.
Preparamos el relleno.
7. Batimos los huevos con el azúcar hasta blanquearlos.
8. Ponemos la nata (crema de leche) a calentar y le añadimos la Nutella. Lo removemos mientras se va fundiendo. Cuando esté fundido, lo retiramos del fuego y le añadimos la mezcla de huevos y azúcar.
9. Ponemos esta crema de chocolate dentro de la base que hemos preparado y lo horneamos 20 minutos a 180º
Chocolate a destajo… ¿quién se puede resistir? ;)