Esta tarta me encanta por varias razones, la primera por la combinación de sabores. El chocolate y el café se potencian mutuamente y combinan a la perfección. Además, el mascarpone le ofrece un toque de suavidad con el que conseguimos un equilibrio perfecto. En segundo lugar, las diferentes texturas nos invitan a disfrutar de una experiencia increíble y es que, la base de galleta aporta el toque "crunchy", la ganaché de chocolate y café es muy cremosa y la crema de mascarpone da volumen y vistosidad. Además, se prepara en pocos minutos y sin necesidad de horno por lo que su elaboración es apta incluso para principiantes. ¿Te animas a sorprender con ella a tus comensales?
INGREDIENTES (Puedes ver las cantidades exactas aquí)
- galletas tipo digestive
- mantequilla sin sal
- chocolate negro para postres
- nata (crema de leche) para montar
- café
- mantequilla
- queso mascarpone
- azúcar glass
- esencia de vainilla
- cacao en polvo
ELABORACIÓN
Comienza preparando la base de la tarta, para ello tritura las galletas y mezcla con la mantequilla semifundida. En un molde desmontable forrado con papel de horno coloca la pasta de galletas que has preparado sobre toda la base y presiona para que quede consistente. Reserva en la nevera mientras preparas el resto.
Por otro lado prepara la ganaché de chocolate poniendo en un cazo a calentar parte de la nata (crema de leche), el café y la mantequilla. Pon en un bol el chocolate troceado y, cuando la nata (crema de leche) comience a hervir, retira del fuego y vierte por encima del chocolate. Remueve hasta que se funda y quede bien integrado con la nata (crema de leche). Cuando quede una mezcla uniforme vierte sobre la base de galletas que tienes en la nevera, Así ya tendrás la capa de chocolate y café. Lleva de nuevo a la nevera para que se enfríe y solidifique.
Mientras tanto prepara la crema mascarpone. Para ello pon en un bol el resto de la nata (crema de leche) para montar, el queso mascarpone, la esencia de vainilla y el azúcar glass. Asegúrate que la nata (crema de leche) y el queso estén bien fríos. Bate con las varillas eléctricas hasta que la nata (crema de leche) monte. Una vez que tengas lista la crema mascarpone saca la tarta que tenías enfriando en la nevera y desmolda.
La capa de crema mascarpone la puedes poner sobre la de chocolate alisando con una espátula, pero si prefieres darle un toque diferente puedes poner la crema en una manga pastelera con o sin boquilla y distribuir por encima. Yo la he puesto en una manga pastelera sin boquilla y, como puedes ver, ha quedado muy bonita.
Ya sólo queda espolvorear con un poco de cacao para decorar y guardar en la nevera hasta que sea el momento de llevar a la mesa.
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Que lo disfrutéis y hasta la próxima Cocinitas!!
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